El 1º Festival de Blanes Conciertos Arran de Mar concluye con 1.800 espectadores

Este fin de semana ha llegado al final de su periplo una nueva propuesta cultural que ha tenido lugar los tres últimos fines de semana en la población donde empieza la Costa Brava: el Festival de Blanes Concerts Arran de Mar. Pendiente de hacer una valoración más a fondo del resultado de este evento, de entrada el balance que se hace desde la organización es bastante positivo.

Sumando los y las espectadoras que han asistido a los seis conciertos que ha habido los días 21, 22, 28 y 29 de junio, así como los días 5 y 6 de julio, da un total de 1.800 personas de público. La actuación que registró más, alcanzando el ‘sold out’ fue precisamente la que ofreció el pasado viernes por la noche el popular grupo ‘Blaumut‘, que está de gira con la primera parte de su último disco.

En cuanto al resto de conciertos, se ha mantenido una buena media del número de público que ha podido disfrutar de seis magníficas noches de música al aire libre. Tal y como ya proclamaba el nombre del festival, lo han hecho junto al mar Mediterráneo, en el patio de la Escuela Joaquim Ruyra, un lugar muy emblemático para Blanes porque fue el primer centro de educación público que precisamente cumplirá los 100 años el próximo año.

Desde la organización se cree que precisamente el emplazamiento que finalmente ha tenido el ciclo musical contribuyó al principio del ciclo a que el ritmo de venta de entradas no fuera tan fluido como finalmente sí acabó siendo. Primero se anunció que las actuaciones se harían en la plaza de la Iglesia, más tarde se dijo que sería en la escollera del espigón del Club de Vela, y finalmente la ubicación definitiva ha sido la escuela.

De cara al próximo año, cuando está previsto que haya una segunda edición del festival, se valorará si se repite el emplazamiento de este año, o bien se elige otro alternativo. Sea como fuere, lo que si se considera como un objetivo plenamente alcanzado es que ha sido el primer festival de verano de la Costa Brava, el que ha empezado la temporada musical para iniciar la oferta cultural veraniega.

 

Blaumut y Las Migas han cerrado el Festival de Blanes Concerts Arran de Mar

El Festival de Blanes Concerts Arran de Mar acabó su singladura la semana pasada con dos vibrantes actuaciones de dos grandes grupos. Dos propuestas de estilos musicales muy diferentes y una calidad artística excelente, como las que han tenido las cuatro anteriores que había habido en el ciclo musical.

El viernes Blaumut presentó su nuevo disco, ‘Abismo’, que apenas estrenó a principios de mayo de este año. La formación, que ha sabido combinar como pocos la variedad de estilos en una propuesta ecléctica, variada y de calidad, ha emprendido una gira pet todo el país con actuaciones singulares que apelan a un repertorio histórico y antológico. Los autores definen este nuevo trabajo como un disco que habla de enfrentarse a los miedos personales y salir de la zona de confort, de ahí su título.

El público pudo disfrutar de las nuevas composiciones en la primera parte del concierto, mientras que posteriormente ya se recordaron sus temas más conocidos por un público entregado en todo momento a sus melodías que fluyen y contagian un estado de ánimo de gracia. El último tema que regalaron al público en el apartado de los obligadísimos bises fue el que ya es casi un himno si hablamos de Blaumut: ‘Bicicletas’. Entre el público asistente se contaba el alcalde de Blanes, Jordi Hernández, quien saludó a los integrantes del grupo poco antes de que comenzara el concierto.

Al día siguiente sábado cerró definitivamente el festival un grupo que también cuenta con una legión de fans: Las Migas. En este caso, han cumplido 20 años de carrera y lo están celebrando con una extensa gira y un nuevo disco: ‘Rumberas’. Es un trabajo de homenaje a la rumba en todas sus versiones: la catalana, la cubana, la flamenca… Las flamantes ganadoras del Latin Grammy evocan a figuras como Rosario, Lola Flores o Celia Cruz, un canto a la vida en femenino.

Su actuación fue tan intensa como la que el día anterior habían protagonizado sus predecesores, pero con una gran diferencia. Las encomiendas canciones de Las Migas no dejaban estar quietos en los asientos buena parte del público, que se levantó y se puso a bailar en los pasillos laterales. La conexión con los y las espectadoras fue tanta que, cuando de vez en cuando empezó a llover, las artistas no dudaron en bajar a pie plano para cantar y bailar rodeadas del público, que no dudó en seguirlas. Un final diferente, pero no por ello menos intenso y agradecido.