La Audiencia de Girona ha condenado a 14 años y medio de prisión al acusado que entró en el piso de la ex mujer en Girona, la violó y atacó a su chico con un cuchillo. Los hechos ocurrieron el 13 de marzo de 2022. La sentencia da plena credibilidad al relato de la víctima -en el juicio, él se limitó a negarlo todo- y concluye que, más allá de su declaración, hay una serie de pruebas que avalan tanto la agresión sexual como las amenazas previas que el procesado hizo a la mujer. Además de la pena de prisión, el tribunal condena al procesado a pagar multas por valor de 4.350 euros por los diferentes delitos, le prohíbe acercarse a menos de 200 metros de la víctima durante 19 años y medio y le impone casi 10.700 euros de indemnización.
Los hechos que ahora la Audiencia ha sentenciado tuvieron lugar el 13 de marzo de 2022. El acusado, un hombre brasileño, había mantenido una relación sentimental con la víctima durante tres años y tenían un hijo en común. Cuando supo que la mujer tenía otro muchacho, el procesado se encabritó y, ese día le envió diferentes mensajes amenazadores al móvil.
La sentencia recoge que, hacia las cinco de la tarde, el acusado se presentó en el edificio donde vivía su ex mujer y llamó repetidamente a varios intérfonos hasta que consiguió que algún vecino la abriera. Se plantó en la puerta del piso y, cuando la mujer la entreabrió -porque estaba dando puntadas de pie- el acusado entró de una revuelta dentro de la vivienda.
Allí amenazó al chico de la víctima metiendo un cuchillo de cocina, forcejeó con él y le acabó dando un golpe de puño en el ojo. El hombre aprovechó un momento de descuido del agresor para huir del piso, y fue entonces cuando el acusado comenzó a agredir a su ex mujer. La amenazó, la echó por tierra y la acabó agrediendo sexualmente (introduciéndole al menos un dedo en la vagina).
Durante el juicio, que se celebró en la sección cuarta, la mujer relató que el procesado estaba “muy alterado y nervioso”. Fue una amiga suya, a quien previamente había llamado, quien pudo socorrerla. Antes de que llegaran los Mossos d’Esquadra y se lo llevaran detenido, además, la sentencia recoge que el acusado amenazó con prender fuego al piso (y que, incluso, llegó a abrir la llave para que se escapara el gas).
Ante el tribunal, el procesado se limitó a negar todas las acusaciones. Aseguró que en ningún momento agredió a la mujer física ni sexualmente, dijo que el muchacho se había golpeado accidentalmente el ojo con el reloj que llevaba en la muñeca cuando intentaba hablar con ella y también negó haber enviado los mensajes amenazadores al móvil de la víctima.
La Audiencia de Girona, sin embargo, no se cree nada de su versión y da plena credibilidad al relato de los hechos que hizo la ex mujer. La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Adolfo García Morales, subraya que la declaración del procesado no tiene “ningún tipo de valor” y que las explicaciones que dio ante la sala fueron “francamente deficientes”.
Credibilidad “perfecta”
Por el contrario, la sentencia recoge que la declaración de la víctima “no ha tenido ninguna contradicción esencial o nuclear” a la hora de relatar tanto las amenazas como la agresión sexual. “Es más, debemos decir que desde el punto de vista de la credibilidad, ha sido perfecta: sin altos y bajos ni emociones desmesuradas, explicando todos los sucesos con detalles y sin aportar elementos que los exageren”, subraya el tribunal.
Pero más allá de eso, a la hora de decantar la balanza, la Audiencia de Girona también recoge que hay tanto diferentes pruebas como testimonios que refuerzan el relato de la víctima. Entre ellos, el de la amiga que la socorrió o los de los mozos que se personaron en el piso y detuvieron al acusado (y que confirmaron que, tras entrar en la vivienda, el procesado también se dedicó a romper varios objetos que había en el interior).
Además, el tribunal subraya que los whatsapp amenazadores que el acusado envió a la ex mujer confirman sus intenciones. Porque en el mensaje le decía que “era una desgraciada” y que iría al piso “a prender fuego”. Más allá de eso, sobre todo, la Audiencia también se remite a los diferentes informes médicos que prueban las lesiones -en especial, las de la zona íntima- y que permiten corroborar que el acusado golpeó y agredió sexualmente a su ex mujer. “Tenemos numerosos datos objetivos que nos confirman que la tesis de la víctima es realmente lo que pasó”, afirma la sentencia.
Hasta siete delitos
La sentencia de la Audiencia de Girona condena al procesado por todo un reguero de delitos; en concreto, hasta siete diferentes. Además del de agresión sexual con penetración, el tribunal también le condena por violación de domicilio, dos delitos de amenazas graves, lesiones leves en el ámbito de la violencia de género, daños leves y un delito leve de vejaciones injustas.
En el caso de la agresión sexual, un delito de amenazas leves y el de violación de domicilio, el tribunal aplica al acusado una agravante de parentesco (porque él y la víctima habían mantenido una relación sentimental). En global, la sentencia le impone una pena de 14 años y medio y le obliga a pagar multas por valor de 4.350 euros por los diferentes delitos.
Además de la prisión, la Audiencia prohíbe al condenado la tenencia y el uso de armas durante 3 años, le inhabilita para ejercer la patria potestad durante 6 años y le obliga a no poder acercarse a menos de 200 metros de su ex mujer durante 19 años y medio. Por último, le impone pasarse 5 años en libertad vigilada una vez salga de la cárcel.
En materia de responsabilidad civil, el tribunal impone al condenado el pago de una indemnización de 10.691,44 euros. La sentencia no es firme y cabe interponer recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en un plazo de diez días.
