La plataforma civil, impulsora de la Iniciativa Ciudadana aprobada el 3 de mayo de 2019 para transformar el zoo de Barcelona, manifestó en conferencia de prensa haber perdido por completo la confianza en la dirección del zoo, afirmando que este equipo directivo no cuenta ni con los conocimientos ni con la voluntad para aplicar esta ordenanza vanguardista aprobada en 2019.
La abogada de la plataforma, Anna Mulà, enumeró uno por uno los artículos de la ordenanza que no se han cumplido y advirtió que "la inactividad e incumplimiento del zoo respecto de los deberes en la aplicación de la ordenanza son manifiestos y este retraso no se puede atribuir completamente a la pandemia. La omisión de estos deberes contrasta con la productiva actividad contraria al espíritu de la Ordenanza, como es la reproducción y la incorporación de animales provenientes de otros zoos en supuestos no autorizados, lo que confirma la ausencia de voluntad en materializar el cambio de paradigma que la sociedad barcelonesa pidió a través de la iniciativa ciudadana ZOOXXI". La abogada informó de que se presentará denuncia en vía administrativa y contenciosa para reclamar su cumplimiento y las responsabilidades que se deriven.
Durante la conferencia David Perpinyà, consultor científico de la plataforma, expuso detalladamente cómo las dos respuestas que el Zoo de Barcelona dio por escrito, a preguntas de una ciudadana y del concejal de JuntsxCat Jordi Martí, con relación a los 147 animales muertos desde la entrada en vigor de la ordenanza, faltaban a la verdad. El experto presentó un informe en el cual, entre otras consideraciones, cuestiona los argumentos que da la dirección del zoo para no incluir las causas de muerte de estos animales en su respuesta. El informe rebate con toda claridad afirmaciones como "la causa específica de la muerte de cada individuo, esta no se encuentra fácilmente accesible al sistema de registro", "muy a menudo no es posible dictaminar fehacientemente una causa clara de muerte" o "todas las bajas mencionadas en el listado lo fueron por muerte natural".
El experto argumentó que, en la mayoría de ocasiones, es posible dictaminar la causa de la muerte con un examen post mortem adecuado, examen que el zoo debería realizar sistemáticamente. Por otra parte, expuso ejemplos claros de muertes anómalas de animales y que en absoluto podían justificarse como muertes naturales. Por ejemplo, un episodio de mortalidad masiva que afectó a cuatro especies de aves, que vivían en una misma instalación, y donde muchos de estos pájaros murieron en un período de tiempo de tan solo 48 horas; o las de dos impalas, uno de tres meses y otro de cinco años, que murieron el mismo día. La conclusión del experto es que "un zoo que no puede determinar la causa de muerte en la mayoría de sus animales y que no puede, ni siquiera, sacar un reporte de mortalidad es un zoo que no está capacitado para participar en programas de manejo de poblaciones en cautividad".
"Este equipo directivo no está a la altura del reto y debe dimitir"
Para Leonardo Anselmi, portavoz de la plataforma y quien solicitó en la conferencia de prensa la dimisión del equipo directivo, estas respuestas escritas se explican de forma muy simple: "no creemos que el director sea incompetente, creemos que no quiere dar las causas de muerte porque no tiene voluntad para aplicar la ordenanza, que evitaría muchas de ellas. De hecho, hasta que el zoo no informe de las causas de muerte no es posible descartar que se esté aplicando el culling, que es la matanza de animales sanos por razones de gestión y espacio"
"Pero sea como sea, por incompetencia o por faltar a la verdad, este equipo directivo no está a la altura del reto y debe dimitir", sentenció Anselmi que, además, manifestó la necesidad de elegir al próximo director o directora por concurso público "y no por relaciones personales con el comisionado de turno, como sucedió con los últimos nombramientos".
La participación ciudadana, en duda
Leonardo Anselmi denunció al ejecutivo municipal de "falso discurso" en lo que a participación se refiere: "te animan mientras recoges firmas, mientras organizas centenares de personas por toda la ciudad y mientras haces eventos reivindicativos, y se llenan la boca de la palabra participación, pero cuando ganas y tienen que aplicar la ordenanza en Barcelona se conjuga el verbo participar de forma muy extraña: yo participo, tú participas, él participa, nosotros participamos, vosotros participáis, ellos deciden", ironizó el activista.
Anselmi también reconoció que hace tan solo cuatro semanas se abrió "una línea de diálogo muy amable" con la Tercera Tenencia de la Alcaldía de Barcelona, "y esperamos que este espacio se mantenga e incluso se amplíe, ya que a través de este contacto directo confiamos poder demostrar a los responsables políticos del zoo que la actual dirección va en una línea peligrosamente equivocada", manifestó.
Cuestiones inaceptables
La plataforma realizó un listado de cuestiones que considera del todo inaceptables, como irregularidades o falta de transparencia.
La ciudadanía debe saber que, anualmente, mueren centenares de animales en el zoo de Barcelona. El zoo anunció un boom de nacimientos durante la primavera, muchos de los cuales incumplen la ordenanza que, precisamente, viene a poner freno a todos estos nacimientos que pasan a engrosar el listado de muertos en años posteriores. La nueva ordenanza se adapta a la situación de emergencia climática, obligando al zoo a realizar verdaderos programas de conservación en los hábitats naturales, a través de los llamados proyectos de hábitat y de especie.
Ocultación de información. El director del zoo disponía de un informe, realizado por el Comité de Ética en relación a los caballitos de mar y el proyecto de conservación asociado, desde mayo de 2019. Este informe fue reclamado al director en varias ocasiones por la Asociación Animalista Libera. Finalmente, la Tercera Tenencia de Alcaldía lo hizo llegar en julio de 2020. Algunas consideraciones que realiza el Comité de Ética en el informe son, por ejemplo, cómo la acumulación de muertes en un período concreto de tiempo sugiere mejorar la trazabilidad de las actuaciones vinculadas al protocolo de urgencia y un seguimiento aplicado; se sugiere también la participación en programas formativos específicos ante la llegada de nuevas especies. Hoy en día ya no hay caballitos de mar en el zoo.
Falta de transparencia en los proyectos de conservación. La información que da el zoo sobre los proyectos de conservación en los cuales participa no es suficiente para evaluar la efectividad de estos proyectos. Ni siquiera en uno de sus proyectos de conservación estrella, el de las gacelas dorcas saharianas, es posible conocer si hay una población consolidada de gacelas reintroducidas, después de más de diez años de trabajos. Esto ocurre porque el zoo no sigue las guías de recomendaciones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, las cuales incorporan protocolos para la información pública que permiten el seguimiento y evaluación periódica de los proyectos, y que sí que recoge la ordenanza.
El plan estratégico del zoo y la ordenanza no son lo mismo. Desde la dirección del zoo se ha hecho creer a la opinión pública que el encaje es posible, pero no es cierto. El plan estratégico permite unas prácticas prohibidas por la ordenanza. No obstante, es el plan el que se tiene que adaptar al nuevo marco jurídico.
Leonardo Anselmi denunció cómo la plataforma ciudadana ZOOXXI tuvo que soportar la interferencia de la Asociación Internacional de Zoos y Acuarios, que trasladó su oficina ejecutiva de Suiza a Barcelona coincidiendo con el desarrollo de la iniciativa ciudadana, y añadió: "los lobbies de los zoos continúan interfiriendo en el zoo de Barcelona a través de la Fundación Barcelona Zoo, que incorporó a la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios a su patronato justo después de la aprobación de la iniciativa ciudadana, a pesar de que la ordenanza indica que el zoo debe actuar con autonomía de las asociaciones nacionales e internacionales de las cuales forma parte".