Viladecans ha acogido hoy la primera jornada 'Hagamos camino hacia una ciudad cuidadora', que ha reunido a profesionales de los cuidados, personas cuidadoras y personas cuidadas en el Casal de Barrio Montserratina —y en línea por el canal de YouTube del Ayuntamiento.
La jornada quería situar los cuidados como una actividad esencial que todo el mundo necesita y da a lo largo de la vida, y también reconocerlos como valor público que debe convertirse en un derecho social y ciudadano, con las condiciones para que todas las personas puedan dar y recibir el cuidado adecuado a sus necesidades.
También eran objetivos de la jornada potenciar la atención centrada en la persona, según necesidades, proyectos de vida y contexto de su comunidad, y valorar nuestra comunidad como formada por agentes que cuidan: las administraciones y las instituciones, los servicios externos públicos y privados —escuelas, hospitales, residencias, etc.—, las entidades y comercios, y la ciudadanía no asociada, como familiares y personas usuarias de servicios.

Una profesional experta del ámbito académico, Patricia Celi, miembro de la Cátedra UNESCO Mujeres, Desarrollo y Culturas de la Universidad de Vic, ha definido los cuidados como “trabajos invisibles, sobre todo en los hogares y comunidades”, ha hablado del coste económico y social y del vínculo afectivo, emocional y sentimental que suponen, y ha apuntado que “los cuidados han sido social y políticamente estigmatizados, la vida es vulnerable —si no se cuida, no hay vida— e interdependiente —la única forma de cuidarnos es al lado del resto”.
Celi ha situado al final de su intervención los retos y el modelo de municipio cuidador haciendo una propuesta de este modelo, que la administración municipal puede aplicar mejor porque conoce su ciudad y sabe qué necesidades tiene. Los principales ejes de esta propuesta son la reducción (disminución de la sobrecarga del cuidado familiar), la redistribución (equilibrar la distribución del cuidado entre actores sociales y dentro de las familias) y el reconocimiento (visibilización y valorización del valor social, económico y político de los cuidados). Cómo llevar a cabo las tres erres es el otro tema que ha comentado Patricia Celi: acceso a infraestructura pública y doméstica para reducir esfuerzos y costes de cuidar; servicios públicos comunitarios gratuitos y fomentar la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, y cuidados remunerados con derechos sociolaborales, liberación de tiempo para cuidar y prestaciones económicas, y garantizar el derecho a los cuidados.
Otros ejes de los cuales ha hablado la ponente han sido los transversales: reducción de las desigualdades de género, origen socioeconómico y de étnia que han definido la provisión y la recepción del cuidado, y el empoderamiento, que se puede conseguir con la concienciación individual, poniéndola en común, y con la organización para erradicar desigualdades.
La jornada también se ha centrado en el reconocimiento de las personas que cuidan en Viladecans, a través de un diálogo con personas que reciben cuidados y sus necesidades en que han participado una madre monomarental usuaria del servicio de canguro, una persona miembro de una asociación de madres y padres, dos personas usuarias del centro ocupacional CAVIGA y del Servicio de Asistencia a Domicilio (SAD), así como un familiar de una persona que vive en una residencia. Además del diálogo, se ha podido ver una muestra de teatro del grupo Me cuido para cuidarte del Ateneo de las Artes de Viladecans y un vídeo de la Diputación, De la crisis de los cuidados a la cadena global de cuidados, y también se ha celebrado una mesa redonda entre diferentes perfiles profesionales y no profesionales que proporcionan cuidados: una trabajadora del Servicio de Asistencia a Domicilio (SAD), una persona que trabaja en una residencia, dos cuidadoras no profesionales de la entidad de defensa de los derechos Mujeres Unidas entre tierras (MUET) y un familiar que cuida.
Viladecans toma el tema de los cuidados mediante el programa municipal social Viladecans me Cuida, un nuevo modelo de intervención social en que se incorpora la mirada comunitaria como estrategia para fortalecer políticas y programas de inclusión. Es una nueva forma de trabajar que Viladecans está incorporando con el objetivo transversal que la ciudad, en su conjunto, tenga una mirada inclusiva a través de la acción comunitaria.