VÍDEO | Desmantelada una red de explotación sexual en centros de estética y masajes

Las víctimas eran obligadas a prostituirse sin descanso, bajo una vigilancia constante, sometidas a agresiones físicas y sexuales

Marc Pascual
27 de noviembre de 2025 a las 10:53h
Actualizado: 27 de noviembre de 2025 a las 10:53h

Agentes de la Policía Nacional, de la Guardia Urbana de Barcelona y de los Mossos d’Esquadra han desarticulado una organización criminal dedicada, presuntamente, al tráfico de seres humanos para su explotación sexual en centros de estética y masajes ubicados en Barcelona y Marbella (Málaga).
 

Se han identificado un total de 21 mujeres explotadas, de las cuales 18 han sido liberadas. Las víctimas eran obligadas a prostituirse sin descanso, bajo una vigilancia constante, sometidas a agresiones físicas y sexuales, llegando a ser encerradas en habitaciones con candado, sin acceso a lavabo, comida ni bebida durante días.

Adquirieron una deuda de 6.000 euros que debían saldar ejerciendo la prostitución 24 horas al día, siete días a la semana, en centros de estética y masajes donde realizaban servicios sexuales y se vendían sustancias estupefacientes.

Hay ocho personas detenidas, cinco de las cuales han ingresado en prisión provisional, y se han realizado cinco entradas y registros en inmuebles, decretándose la clausura de los dos prostíbulos que simulaban ser centros de estética y masaje.

La investigación comenzó en marzo de 2025 a raíz de la declaración de una víctima que alertaba de la existencia de una organización criminal dedicada a traficar con mujeres de origen sudamericano para explotarlas sexualmente en supuestos centros de estética y masajes de Barcelona y Marbella (Málaga).

CAPTACIÓN, TRASLADO Y EXPLOTACIÓN

La red criminal desmantelada estaba formada por ocho personas que desarrollaban su actividad principalmente en Barcelona, con una ramificación en Marbella (Málaga). La mayoría de las mujeres eran captadas en su país de origen mediante engaños y falsas promesas de trabajo en nuestro país.

La red gestionaba el traslado a España, se encargaba de recibir a las víctimas a su llegada y trasladarlas hasta los locales donde eran obligadas a ejercer la prostitución. La organización imponía una deuda de 6.000 euros, que debían “saldar” ejerciendo la prostitución. Los explotadores retenían el 50% de los ingresos obtenidos por las víctimas, alegando gastos de alojamiento y manutención, lo que las mantenía en una situación de endeudamiento perpetuo y dependencia total.

CONDICIONES INFRAHUMANAS

Las víctimas residían en los prostíbulos y debían estar disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana, incluso estando enfermas o durante el período menstrual.

Los responsables ejercían sobre ellas un control total, las forzaban a consumir drogas para aumentar el rendimiento y la disponibilidad, y las castigaban físicamente cuando se negaban a realizar servicios sexuales.

Además, estaban vigiladas en todo momento con cámaras instaladas en los establecimientos y su libertad de movimiento estaba totalmente restringida. Se les prohibía salir de los locales, elegir clientes o rechazar servicios, y eran obligadas a practicar sexo sin preservativo a petición de los mismos.

Algunas víctimas relataron que, ante la negativa a ejercer la prostitución, eran sometidas por parte de los integrantes de la organización criminal a agresiones físicas y sexuales, llegando incluso a ser encerradas en habitaciones con candado, sin acceso a lavabo ni comida ni bebida durante días.

Además, tampoco se les permitía ir al médico para ser asistidas de las lesiones graves consecuencia de las agresiones a las que eran sometidas.

La red criminal, una vez las víctimas eran explotadas sexualmente durante un tiempo en el prostíbulo de Barcelona, las trasladaba en tren o avión hasta el prostíbulo de Marbella, siendo controladas por algún integrante de la organización durante los trayectos, para continuar siendo explotadas y obtener el máximo de beneficios posible, ya que al cambiar de ciudad y ser anunciadas como “novedad” aumentaba la demanda y obtenían un mayor número de clientes.

Durante la investigación se comprobó que los prostíbulos utilizados para la explotación sexual también funcionaban como centros de venta y distribución de drogas, principalmente cocaína. Los agentes determinaron que parte de los ingresos de la organización procedía de esta actividad ilícita, que se desarrollaba paralelamente a la explotación sexual.

Así mismo, el líder de la red explotaba los prostíbulos mediante la creación de empresas con las que simulaba llevar a cabo una actividad legal, registrándolos como centros de estética y masajes, cuando en realidad se trataba de locales donde se ofrecían servicios sexuales y se vendían sustancias estupefacientes

Durante la operación se intervinieron 44.455 euros en efectivo, unos 100 gramos de cocaína, 10.158 gramos de marihuana, una motocicleta, un reloj marca Rolex, 11 terminales telefónicos, diversos efectos informáticos y abundante documentación incriminatoria. Asimismo, se ha procedido al bloqueo de los activos financieros utilizados por la organización criminal para recaudar los beneficios obtenidos de la explotación sexual de las víctimas.

https://ajuntament.barcelona.cat/premsa/download/peramargaleno.mp4

 

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