Tres años después de su ruptura, Shakira y Gerard Piqué continúan marcando distancias, y ahora también lo hacen en el ámbito inmobiliario. La expareja ha cerrado la venta de una de las propiedades que compartían en Esplugues de Llobregat por un valor superior a los tres millones de euros.
El conjunto inmobiliario, formado por tres casas, fue adquirido durante su relación con la idea de convertirlo en una gran vivienda familiar interconectada. En aquel lugar vivían no sólo la cantante y el futbolista, sino también sus hijos, Milan y Sasha, además de los padres de Shakira y parte del personal de la casa. Sin embargo, después de su separación en 2022, el proyecto quedó a medio hacer, y la tercera vivienda, que se había de reformar para unirse a las otras dos, se ha vendido de manera independiente.
Aunque ya se ha cerrado la venta de una de las casas, las otras dos siguen en el mercado. Juntos, están valorados en casi 11 millones de euros. Las viviendas, que suman más de 700 metros cuadrados, cuentan con detalles de lujo: seis dormitorios, cinco baños, piscina interior y exterior, gimnasio, sala de juegos, estudio de grabación y varias terrazas. El diseño, obra de la arquitecta Mireia Admetller, se completó en 2012, con tres plantas principales y dos niveles subterráneos con bodega y garaje.
El proceso de venta ha sido discreto. No se ha anunciado públicamente, ni en portales inmobiliarios ni a través de agencias, ya que es gestionado por una sociedad que administra Joan Piqué, el padre de Gerard.
Mientras tanto, Shakira continúa viviendo en Miami desde hace dos años, donde reside con sus hijos de manera permanente. Piqué, por su parte, mantiene su actividad empresarial en Barcelona, al frente de Kosmos, aunque viaja frecuentemente a Estados Unidos para cumplir con el acuerdo de custodia compartida que tienen con los niños.
