La escritora, Marta Pessarrodona, y los artistas Josep Pla-Narbona y Àngels Ribé serán reconocidos por el pleno municipal como hijos e hijas predilectos de Sant Cugat. El plenario se reunirá, en convocatoria extraordinaria, el próximo 24 de abril para aprobar el otorgamiento de los tres títulos.
El reglamento municipal de honores, distinciones y protocolo regula el otorgamiento de los títulos honoríficos, como por ejemplo la distinción de hijos e hijas predilectos.
Marta Pessarrodona i Artigues (Terrassa 1941)
Es una de las intelectuales de más prestigio del país. Poeta, ensayista, traductora, narradora, crítica literaria, editora y articulista. Como biógrafa, Pessarrodona nos ha acercado a la figura de escritoras capitales de la literatura catalana, como Maria Aurèlia Capmany, Frederica Montseny y Mercè Rodoreda, entre otras. Hay que poner en valor el diálogo constante y fructífero que ha realizado entre la poesía y la literatura catalana y las europeas, sobre todo la anglosajona, vía Virginia Woolf, de quien ha sido la máxima introductora en la cultura catalana. En el campo del ensayo, Marta Pessarrodona ha dedicado buena parte de su mirada literaria al exilio provocado por la Guerra Civil.
Marta Pessarrodona pertenece a la generación que tuvo que descubrir la propia lengua; apostó por crear y defender la lengua catalana, donde siempre se ha mantenido.
Con una treintena de obras publicadas desde el año 1968, ha recibido numerosos premios y distinciones como la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (1997), la Medalla de Honor de la Ciudad de Terrassa (2013), el Premio de Honor de las Letras Catalanas (2019), el Premio Nacional de Cultura (2011), el Premio Prat de la Riba de periodismo (2007), el Premio Rosalía de Castro por el conjunto de su obra (2020), y el Premio Especial de Poesía de la Fundación Jesús Serra, galardón que reconoce la trayectoria de su obra poética como escritora consolidada (2022)
Con motivo de sus 80 años, la ciudad la homenajeó y los poetas residentes en Sant Cugat, de entre los cuales destacó Sam Abrams, reivindicaron su figura solicitando que fuera nombrada hija predilecta.
Josep Pla-Narbona (Barcelona, 1928 – Sant Cugat del Vallès, 2020)
Pla-Narbona recibirá la distinción de hijo predilecto a título póstumo. Fue un artista plástico completo y muy notable que se expresaba a través del dibujo, el grabado, la pintura, la escultura y el diseño gráfico, siendo esta dedicación como grafista la más popular a nivel nacional e internacional. Sus últimos treinta años vivió y trabajó en la Floresta.
De origen humilde, desde joven se dedicó a dibujar y a pintar y encontró una salida para su economía en el dibujo publicitario, campo en el que destacó. Se convirtió en un pionero y referente del diseño gráfico en España, socio fundador y primer presidente de lo que actualmente se conoce como ADG-FAD, y primer miembro español de la selecta asociación Alliance Graphique Internationale (AGI). Ha ganado diferentes premios de pintura y dibujo, ha diseñado esculturas en colaboración con Joan Brossa, tiene obra en diferentes museos como por ejemplo en el MoMA de Nueva York, es autor de cabeceras como Tele/eXpres, de abundantes portadas de libros y es autor de excelentes retratos, por ejemplo, de Salvador Espriu o de Joan Fuster. El Museo del Diseño de Barcelona le dedicó el primer volumen de su Colección Imprescindibles. Recibió el Premio Nacional de Diseño (2004), la Medalla de Oro del Círculo Artístico de Sant Lluc (2012) y la Creu de Sant Jordi (2019). Una de sus últimas obras fue el cartel para el Centenario de la Floresta, en 2019. Precisamente, en la Floresta también se le concedió la Declaración de Orgullo Florestà.
El lenguaje visual de Pla-Narbona es muy característico e inconfundible, está vinculado a los deseos, pasiones y vicisitudes de la vida humana, con una expresión crítica e irónica. Plasma en las obras la verdad última del ser humano de existencia básicamente física descarnada y desnuda. Este lenguaje tan personal es común a las diferentes disciplinas artísticas a las que se ha dedicado. Penetrar en su lenguaje visual es una vía para acercarnos a su obra, a su manera de mirar y de transmitirlo en imágenes. Es una obra de carácter personal y ético en que recoge la complejidad y riqueza de las relaciones humanas en imágenes de apariencia cómica pero con un trasfondo trágico, y con un original enfoque moral de los problemas humanos como individuos solos o en colectivo. Para él trabajar intentando plasmar las emociones ha sido vencer la angustia que a menudo lo ahogaba. Ha profundizado en el alma humana y en la suya propia, para así poder pensar y comprender la realidad y lo que hay en el fondo de uno mismo de una manera honesta y radical. “Es cuando pinto y dibujo que me siento identificado conmigo mismo”, decía.
Hay temas recurrentes en el lenguaje visual de Pla-Narbona. La máscara, artefacto que tanto puede servir para seducir como para atemorizar. El huevo, augurio de fertilidad y riqueza. Las paredes y tabiques que a la vez protegen y aíslan, incomunican. La sensualidad, el deseo, la vida, confrontados con la finitud, la muerte, la escatología. Los paisajes, pequeños animales y figuras antropomórficas; el alfabeto que tiende a confundirse con figuras humanas. La reproducción de algunas de sus obras en las calles de Sant Cugat y el audiovisual Pla- Narbona: crear para existir explican esta honra tan personal.
La comisión de trabajo para el reconocimiento de Pla-Narbona ha promovido la concesión de esta distinción como hijo predilecto a título póstumo.
Àngles Ribé (Barcelona, 1943 – Sant Cugat del Vallès, 2020)
A pesar de su discreción hacia la ciudad, en los últimos años ha tenido una presencia muy fuerte por varios motivos.
Con la revisión de cómo se ha concebido la historiografía del arte, muy centrada en un modelo machista y heteropatriarcal, las nuevas miradas de revisión histórica más abiertas, feministas y queers están desvelando toda una serie de artistas femeninas, que sin una militancia explícita en el feminismo sí ayudaron al reconocimiento de la mujer dentro del sector creativo y artístico, que son ejemplo para las generaciones de artistas actuales, de militancia explícita feminista, en el derecho y la igualdad de la mujer en la sociedad. Esta revisión ha dado un nuevo sentido a las creaciones de una serie de mujeres artistas que realizaron un trabajo muy intenso y destacado en un mundo casi exclusivamente masculino en la Cataluña de los años 1960 y 1970. Nombres como los de Fina Miralles, Eugèniia Balcells, Sílvia Gubern y la misma Àngels Ribé, en estos momentos están recibiendo todos los reconocimientos por sus trayectorias artísticas en un mundo donde no lo tenían fácil, y que abrieron puertas para generaciones posteriores de creadoras. Existen varias tesis doctorales nacionales e internacionales alrededor de la figura y la obra de Àngels Ribé, lo cual acredita de forma académica su importancia dentro de la historia del arte, así como forma parte de estudios que recuperan las artistas femeninas catalanas de los años 1960 y 1970 en clave feminista.
Àngels Ribé se enmarca en un momento de ruptura dentro de las artes visuales contemporáneas. El objeto artístico deja de tener un sentido final y contemplativo, estético, y se da una importancia capital a los conceptos y el pensamiento detrás de la obra. Ella fue una de las primeras artistas que utilizó de forma sistemática la performance y el arte de acción, su cuerpo, el movimiento que implica hacia lo que le rodea, o el espacio que ocupa, como obra de arte. Al tratarse de un tipo de obra del momento, efímera, los registros son lo que ha quedado como obras en formato de fotografías, secuencias fotográficas o vídeos. Esta práctica la ha mantenido a lo largo de su trayectoria artística, mezclándola con la escultura, la instalación, el dibujo, la fotografía y el vídeo. Es una de las principales representantes del arte conceptual en Cataluña, pero su trayectoria tiene un recorrido internacional.
Fue de las artistas que en los años 1970 decidió marcharse, primero a París y más tarde a Nueva York, donde realizó obras de gran trascendencia en el arte conceptual y las acciones internacionales.
Es a su vuelta de Nueva York cuando establece su residencia en La Floresta, Sant Cugat, hasta hoy. Porque instalarse en este entorno no es ninguna casualidad. La Floresta fue un referente artístico del underground y la contracultura en el tardofranquismo y la transición, pero a la vez, su entorno en medio de la naturaleza apelan directamente a muchos de los motivos que rodean la creación artística de Ribé, la conexión con la naturaleza y los fenómenos naturales. La Floresta es un motor indirecto y directo para su creación, y desde 1980 vive de forma continuada dentro de este entorno. De alguna forma, la ciudad de Sant Cugat y su entorno natural está presente en la obra de la artista, pero no como una representación paisajística, sino como motor poético y creador de muchas de sus obras. Confiesa que antes de su instalación definitiva, hubo idas y venidas al entorno, dada esta importancia casi primordial de la naturaleza en los procesos y la creación de la obra de Àngels Ribé, y lo más cercano a Barcelona que pueda conectarse directamente con la naturaleza en estado puro, es el entorno de Collserola, y La Floresta en este caso.
Su presencia ha sido muy discreta, pero no sólo localmente, sino también a nivel historiográfico y museográfico. No es hasta su retrospectiva en el MACBA en 2011 (“En el laberinto. Àngels Ribé. 1969-1984”) que su figura y su obra coge el protagonismo real y la sitúan donde tendría que haber estado situada junto a sus contemporáneos catalanes.
Àngels Ribé es una artista esencial para conocer la historia y el arte catalán contemporáneo y su evolución desde los años finales de la década de 1960 hasta la actualidad, porque todavía sigue produciendo obra nueva, tal y como se pudo ver en la exposición “Bajo la osa mayor” en el Centro de Arte Tecla Sala (2020), y en la instalación específica que realizó en 2021 en el Centro de Arte Maristany con título “Pas Mal”, donde las fotografías que ella intuitivamente iba recopilando de sus paseos en el entorno de Collserola, formaron un corpus gráfico que se incorporaron a la instalación en la sala que tuvo una acogida muy positiva.
Esta trayectoria notable ha sido reconocida de manera institucional por el Premio de escultura de la Fundación Vila Casas (2002), el Premio Nacional de Cultura (2012), el Premio Honorífico del Gremio de Galerías de Arte de Cataluña y de la Asociación Art Barcelona (2019), el Premio Nacional de Artes Plásticas (2020) del Ministerio de Cultura, y la Creu de Sant Jordi (2021) de la Generalitat de Catalunya. Este último premio hacía constar que era merecedora por "su trayectoria como artista conceptual, con obras a las cuales ha aportado elementos de investigación y experimentación basados en el cuerpo, el espacio geométrico y el mundo natural."
El 4 de abril de 2022 el Consejo de Barrio de la Floresta la reconoció con la “Declaración de Orgullo Florestà”, propuesta que llegó al Consejo de Barrio de la mano de la Comisión de Cultura, la Comisión de Memoria, la Coral Tardor, el Espacio +60, el Senglar Cultural y la Asociación de Propietarios y Vecinos de La Floresta.
Los miembros de la Mesa de Artes Visuales han sido los promotores del otorgamiento del título de hija predilecta a Àngels Ribé.
