La plaza del Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat se ha llenado este jueves para recordar a Yaiza, la niña de 4 años asesinada por su madre el pasado 31 de mayo en Sant Joan Despí. En el que ha sido el primer acto de condena oficial tres semanas después de los hechos, los asistentes han hecho un emotivo minuto de silencio. Durante los parlamentos, la alcaldesa de Sant Boi, Lluïsa Moret, ha dicho que el recuerdo de la niña se debe convertir en un "símbolo" de la ciudad y de la lucha contra cualquier tipo de violencia.
También ha intervenido una representante de la familia. El acto ha finalizado con el público escuchando la canción preferida de la niña, 'El Jardí' de Pot Petit, y soltando decenas de globos rojos con forma de corazón.
Con una pancarta en recuerdo de la pequeña colgada en la fachada del Ayuntamiento donde se podía leer 'Yaiza, siempre estará en nuestros corazones' y las banderas a media asta, Sant Boi de Llobregat, de donde era Yaiza y vive su padre, se ha despedido de la niña como era deseo de la familia. El acto de este jueves, el primer oficial que se celebra en recuerdo y condena de la pequeña, rompe el silencio "oficial" que la familia ha venido lamentando desde su muerte hace casi tres semanas. Hoy mismo, Sergio, el padre de Yaiza, ha hecho llegar a los medios de comunicación una carta agradeciendo el apoyo recibido de su familia, amigos y vecinos, pero dejando claro que le hubiera gustado que las diferentes administraciones hubieran condenado el crimen, o que lo hubieran hecho antes -el Gobierno lo hizo el pasado 8 de junio-. "No quiero reprochar nada a nadie porque supongo que no sentían que fuera necesario", añade. En el texto, el padre de la niña ha querido recordar que la víctima en este caso ha sido Yaiza y ha pedido que se piense en ella porque murió a manos de su madre para hacerle daño a él. "Que se olviden de mí, incluso del monstruo que espero que pase cuentas con la Justicia, pero que piensen en ella", ha remachado. La madre de Yaiza, actualmente en prisión preventiva, mató a su hija ahogándola con una bolsa de plástico, como ella misma confesó. También explicó que llevaba dos o tres meses con la idea en la cabeza y que la motivación tenía que ver con el padre de la criatura, del cual estaba separada hacía 3 años. Después de ahogar a su hija se tomó una mezcla de medicamentos para acabar también con su vida. La rápida actuación del SEM evitó su muerte.
