Sant Adrià de Besòs ha finalizado la primera fase de la campaña dirigida a las personas propietarias de perros, que se inició en diciembre, para mejorar la convivencia entre las personas que tienen perro y el resto del vecindario.
En la campaña, que se enmarca en el nuevo programa de civismo del Ayuntamiento, colaboran los agentes cívicos y la policía de proximidad. Los datos más significativos recogidos por el equipo de agentes cívicos municipales son los siguientes:
Casi el 70% de los vecinos y vecinas de todos los barrios de Sant Adrià encuestados en diciembre manifestaron su preocupación por la cantidad de excrementos y orines de perro en las calles y parques. Esta es la problemática de civismo que más preocupa a la ciudadanía. Además, un 30% considera preocupante que haya perros sueltos fuera de las áreas de recreo, ya que pueden ser un peligro para sí mismos o para terceros.
Durante la campaña, en la que los agentes cívicos han interpelado a cerca de 750 propietarios de perro, han detectado que 3 de cada 4 perros van atados, cerca del 90% de las personas que tienen perro llevan bolsas para recoger los excrementos y se ha duplicado el número de perros censados mensualmente desde que se inició la campaña.
Hay menos excrementos en las aceras, pero aún hay que seguir mejorando algunos aspectos. Por ejemplo, se ha detectado que ha aumentado el número de excrementos en el césped y la arena de los parques y jardines, esto produce una degradación de los jardines, en contra de la creencia popular de que los excrementos y orines de perro son abono; da la sensación de abandono y de que "todo vale" y, sobre todo, es un riesgo para la salud de personas y mascotas.
En la segunda fase de la campaña, que ya está en marcha, el equipo de agentes cívicos explicará a las personas propietarias de perros todo este abanico de consecuencias negativas que se derivan de los excrementos en la calle. Harán hincapié en los inconvenientes de los orines de perro en la vía pública, ya que degradan las fachadas, los jardines y el mobiliario urbano y suponen un gasto de mantenimiento para el vecindario, los comerciantes y la administración, hecho que finalmente repercute en los precios que debemos pagar los clientes por los productos y los ciudadanos por las tasas de limpieza y reposición de mobiliario urbano degradado.
El 40% de los propietarios de perro piden incrementar el número y la calidad de pipicanes y áreas de recreo, y otro 40% opina que se debería multar más a los que no cumplen la normativa. En esta línea, la policía local, hasta ahora, ha multado a 10 personas infractoras y ha levantado dos actas.
El equipo de agentes cívicos, con el apoyo del Ayuntamiento, trabaja en una propuesta de mejora de pipicanes y áreas de recreo más modernos en Sant Adrià que respondan a las necesidades reales del vecindario que ha optado por tener un perro en la familia.
Con esta campaña se trabaja para lograr un municipio más limpio y un modelo de ciudad basado en el respeto, la confianza y la solidaridad entre personas, sobre todo en el espacio público, que es donde se produce una buena parte de la convivencia ciudadana.
