El grupo municipal del PSC Terrassa pedirá explicaciones al equipo de Gobierno ante el anuncio de la reapertura al tráfico de las calles del Teatre y Sant Pau, decisión que supone el inicio del desmantelamiento de la manzana peatonal y de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en la ciudad.
"En plena Semana de la Movilidad Sostenible, el Gobierno municipal se plantea revertir una decisión que se tomó para mejorar la calidad del aire.Se echa atrás en un planteamiento que se defendió firmemente para mejorar la calidad de vida de una ciudad que es la segunda catalana, la quinta en todo el Estado, con más contaminación atmosférica, alineándose, así, con las políticas del PP y Vox en materia medioambiental.
La mala calidad del aire provoca graves afectaciones al medio ambiente y a la salud de las personas y es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, ya que, actualmente, la mayor parte de la población está expuesta a altos niveles de contaminación.
Terrassa, de hecho, ha recibido 9 millones de euros de los fondos europeos Next Generation para la ampliación de la isla peatonal del Centro y acercarse al límite recomendado por la Organización Mundial de Salud, que fija como objetivo la reducción a la mitad de las partículas contaminantes antes del año 2030 y que el Parlamento Europeo y sus estados miembros aprobaron el pasado mes de febrero.
Esta decisión, tomada sin ningún fundamento estudiado, ni planificación, supondrá, además, abrir la posibilidad de que se tenga que devolver una buena parte de las subvenciones europeas y hacer frente a importantes multas de la Unión Europea.Aspecto que seguiremos de cerca para saber qué supondrá para las arcas municipales.
El PSC denuncia, una vez más, la falta de proyecto de ciudad y la improvisación en materia de movilidad.El equipo de Gobierno vuelve a dar un paso en falso con la reapertura de algunas de las calles más estrechas y polucionadas del Centro, decisión que se suma a otras, tomadas sin tener en cuenta todas las implicaciones en la movilidad y la calidad del aire, como el anuncio de la reapertura fallida del tráfico privado en La Rambla.
Mientras tanto, al malestar vecinal de muchas zonas de la ciudad por la política en movilidad de este equipo de Gobierno va en incremento, como es el caso del vecindario de Ca n'Aurell, que pide la dimisión del alcalde tras sentirse manipulado y engañado a la hora de reducir el tráfico rodado en las calles de Arquimedes y Galileo.
Por otro lado, la inversión en cámaras de control de los accesos en vehículo a las áreas peatonales y a la Zona de Bajas Emisiones queda en entredicho y, mientras se malgastan recursos económicos en improvisaciones constantes, el mantenimiento de las calles está en el nivel más bajo de los últimos años. No se invierte en reposición de árboles, mobiliario urbano, renovación de pavimentos, limpieza de grafitos, etc, y Terrassa está cada vez más deteriorada.El Plan de Movilidad de Terrassa está caducado desde 2021 y los principales hitos alcanzados desde 2015 están siendo revertidos por el alcalde Jordi Ballart.
Queda más que demostrado, pues, que la tan publicitada Revolución Verde de Jordi Ballart, con ERC y Junts, es un engaño a la ciudadanía y un ejercicio de green-washing político".