Los Mossos d'Esquadra han detenido a dos hombres de 35 y 37 años que habrían cometido nueve atracos violentos en establecimientos del área metropolitana de Barcelona, desde principios de año. Los arrestados, que acumulan 43 detenciones por delitos contra el patrimonio, han ingresado en prisión. Las detenciones se produjeron el pasado viernes, en el marco de un dispositivo en el que tres agentes resultaron heridos, ya que los dos ladrones se enfrentaron violentamente e hicieron caer una motocicleta policial. Los arrestados habrían recaudado 10.000 euros fruto de su actividad. Actuaban con una motocicleta robada de gran cilindrada, llevaban ropa oscura y un casco negro para no ser reconocidos e intimidaban a sus víctimas con un cuchillo de grandes dimensiones.
La investigación comenzó el pasado mes de enero, cuando los Mossos tuvieron conocimiento de los hechos. Las indagaciones policiales permitieron identificar a los dos autores de los hechos a pesar de que ellos mismos habían tomado unas fuertes medidas de seguridad para evitar ser identificados, localizados y detenidos.
El pasado viernes, los Mossos procedieron a detener a los dos sospechosos en un dispositivo específico que incluyó agentes del Grupo Regional de Delincuencia Urbana de Barcelona, del Grupo de Delincuencia Urbana de la comisaría de Sarrià-Sant Gervasi, del Grupo de Investigación de Fugitivos de la Oficina de Entorno Penitenciario y la Unidad de Investigación de las comisarías de Eixample, Gràcia y Sarrià-Sant Gervasi.
Una vez localizados, los dos hombres intentaron huir e incluso se enfrentaron violentamente a la policía e hicieron caer una motocicleta de los Mossos. Tres agentes resultaron heridos, sufriendo cortes profundos en los dedos y contusiones diversas.
Los detenidos son multireincidentes que acumulan una cuarentena de detenciones con penas pendientes de cumplimiento. Uno de ellos no reingresó en centro penitenciario y el otro estaba en régimen abierto.
Aparte de los hechos investigados, la policía les imputa delitos de conducción temeraria, atentado contra agentes de la autoridad, robo y hurto de uso de vehículo, lesiones, daños, quebrantamiento de condena y conducción sin haber obtenido nunca el permiso de conducir.
Moto robada y ropa oscura con casco para actuar
Los ladrones utilizaban siempre el mismo modus operandi. Se desplazaban con una motocicleta de gran cilindrada robada para huir del lugar de los hechos a gran velocidad, conducían de manera temeraria y ponían en riesgo la circulación de los vehículos y la seguridad de los peatones. Además, intimidaban a sus víctimas con un cuchillo de grandes dimensiones para llevarse la recaudación y si podían sustraían la caja fuerte.
A la hora de acceder al interior del establecimiento no se quitaban el casco, que siempre era oscuro, y vestían con ropa negra para evitar ser identificados a partir de las imágenes grabadas por los sistemas de videovigilancias de los diferentes establecimientos hoteleros.
En tres meses, los ladrones habrían cometido nueve robos violentos. Siete habrían tenido lugar en la ciudad de Barcelona, concretamente en seis hoteles y un establecimiento comercial, y el resto en una tienda de alimentación, una farmacia y un puesto de Viladecans (Bax Llobregat) y Barberà del Vallès (Vallès Occidental). En un día, y en sólo una hora de diferencia, cometieron dos atracos.