El Museu Arqueològic de Catalunya acogió, el miércoles por la noche, el acto de entrega del Premio de Arqueología Memorial Josep Barberà i Farràs, organizado por la Societat Catalana d’Arqueologia. Este año, en su vigésima edición, reconocieron el trabajo “Economía y sociedad en la Layetania ibérica. Estudio de los conjuntos cerámicos de Ca n’Oliver (Cerdanyola del Vallès) de los siglos VI al III aC” de los arqueólogos David Asensio Vilaró y Joan Francès Farré, director del Museu d'Història de Cerdanyola y de las excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Ca n'Oliver desde 1987. La obra ofrece nuevas perspectivas al estudio del poblado ibérico de Ca n’Oliver, ubicado en el barrio de Montflorit.
Joan Francès remarcó en su intervención el hecho de que las excavaciones de ca n'Oliver han sido una escuela para muchos profesionales del mundo de la arqueología y de la docencia universitaria y los vínculos establecidos con profesionales de otras disciplinas vinculadas a la investigación y con universidades. David Asensio destacó la excepcionalidad de un yacimiento que se excava de manera continuada y rigurosa desde 1986 (con algunas interrupciones) con equipos estables y profesionales. Y el papel tan importante del Ayuntamiento que ha hecho posible que Cerdanyola tenga uno de los yacimientos más importantes de Cataluña en lo que se refiere a la investigación en la cultura ibérica.
El acto contó con la presencia de Pilar Adell, concejala de Museos y Archivo Histórico, así como personas vinculadas a la arqueología y la investigación en Cerdanyola.
El estudio
De manera tradicional, el mobiliario se ha utilizado preferentemente para obtener datos de carácter cronológico y cultural. Este enfoque ha dejado en segundo plano el potencial informativo relacionado con el amplio abanico de actividades que se desarrollan con los utensilios cerámicos. Un análisis centrado en el aspecto funcional pretende poner de manifiesto que el estudio ceramológico es especialmente apto para reconstruir la organización social y económica de las comunidades antiguas, en este caso, las ibéricas del territorio layetano.
Un requisito indispensable es disponer de conjuntos cerámicos bien contextualizados, que abarquen períodos de tiempo prolongados. Esta base documental de calidad es la que ha proporcionado el núcleo de Ca n'Oliver, como consecuencia de una etapa de investigación muy intensa, impulsada desde el Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallès.
Se trata de un yacimiento que conocemos gracias a la tarea pionera de Josep Barberà i Farràs, figura aún de referencia para todos los que se dedican a la investigación del mundo ibérico en Cataluña.