Pere Navarro: "La segunda fase del DFactory hará de Barcelona una capital mundial de la industria 4.0"

14 de diciembre de 2023 a las 13:31h

Pere Navarro fue elegido concejal delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca en 2018, después de que años atrás fuera alcalde de Terrassa o líder de los socialistas en el Parlamento. Como concejal delegado ha tenido que gestionar cuestiones como la marcha de Nissan o la pandemia, de donde han salido eventos como el Barcelona New Economy Week (BNEW), que se celebra la semana que viene. Visitamos el DFactory, un edificio dedicado a la industria 4.0 de la Zona Franca, para tratar todos estos temas y conocer qué futuro dibujan para la actividad económica del polígono.

 

Desde que es concejal delegado del consorcio de la Zona Franca las ha visto de todos los colores, como también le pasó en política. ¿Qué han sido más difíciles de encarar, los retos desde Zona Franca o desde la primera línea política?Son cosas diferentes, aunque todas afectan a la sociedad. Uno de los temas que más ha preocupado es la marcha de Nissan. Aunque era una de las crisis industriales más grandes de España en los últimos años, se ha podido gestionar y ha acabado bien. Sobre todo con la colaboración de los sindicatos, que han tenido un papel muy responsable; de la Generalitat; el Ministerio, y el mismo Consorcio. Se ha creado una relación de confianza mutua que ha conseguido llegar adonde queríamos. Ahora se deben instalar las actividades logísticas de la empresa y la actividad industrial de QEV para fabricar vehículos eléctricos. Aparte, hay una parte que es Silence que ya está funcionando y otra, el centro técnico de Nissan, que se quedó.

Estamos satisfechos de que se hayan podido recolocar las personas que habían quedado en la calle y que aún haya más puestos de trabajo que cuando estaba la Nissan. Nos ha hecho perder el sueño muchas noches, pero también nos ha aportado muchas satisfacciones.

 

¿Cómo vivió las turbulencias del proceso hasta llegar a la empresa definitiva?El Ministerio y la Generalitat hicieron un escaneado de empresas de carácter industrial relacionadas con la movilidad eléctrica, que nos garantizaba recuperar los puestos de trabajo perdidos. Algunas se interesaron y otras necesitaban espacios más grandes. Ahora bien, se trata de un espacio muy atractivo: al lado del Área Metropolitana de Barcelona, del Puerto y del Aeropuerto. Es ideal. Al final, todo ha llevado a que haya habido la alianza entre estas dos empresas. La adjudicataria es la empresa logística, pero QEV es quien fabricará estos vehículos. Se han hecho acuerdos a muchas bandas.

El día que se firmaron estos acuerdos, todos estábamos muy emocionados. Estoy hablando de personas de orientaciones muy diversas. Se dio un ejemplo de crear un espacio de confianza para resolver un problema muy grave.

 

¿Cuál es la hoja de ruta para reubicar a los trabajadores?Hay trabajadores que recibieron unas indemnizaciones que habrán buscado otras actividades o se habrán prejubilado. Las otras están pendientes del inicio de actividad industrial de esta nueva empresa. Esta no es la única que se realiza en el territorio relacionado con la fabricación de vehículos. Sabemos que hay otras empresas que han podido contratar a personas que venían de la Nissan, porque están formadas y conocen muy bien la profesión. Como que la fabricación de vehículos eléctricos está en un momento de crecimiento, cuando esté todo funcionando se habrán recuperado todos los puestos de trabajo perdidos.

  

Nos encontramos en el edificio del DFactory, ¿cómo describiría este espacio industrial?Desde el punto de vista arquitectónico es un símbolo. Se trata de un edificio muy singular en Barcelona y en Europa. Pero, si hablamos del interior, también es muy singular. Es un edificio dedicado a la industria 4.0. Es decir, es una fábrica. Cuando vemos mesas y sillas, parece que sean oficinas. Sin embargo, siempre son empresas industriales. Algunas fabrican aquí mismo y otras lo hacen fuera y aquí tienen su departamento de innovación o calibración. De hecho, su nombre (DFactory) ya lo indica.

 

¿Qué podemos encontrar?Exactamente, lo mismo que había hace 60 años cuando se instaló la SEAT o Motor Ibérica: puestos de trabajo de carácter industrial. En aquel momento era fabricar 600s y actualmente está relacionado con la industria 4.0. Sensórica, robótica, inteligencia artificial, internet en las cosas, impresión 3D, ciberseguridad... Hace muchos años las revoluciones industriales se daban cada 30 años, ahora la evolución es permanente. Como institución pública, debemos ir a la vanguardia de estos cambios. Evidentemente, se perderán puestos de trabajo, pero salen nuevos que debemos explorar y los debemos colocar en centros educativos o en el reciclaje de personas de una determinada edad. Estamos haciendo que esto sea una gran comunidad de empresas industriales 4.0.

 

¿Qué aporta el hecho de que estén todas en un mismo edificio?Las empresas que están aquí -una treintena- no están en su cubículo sin relacionarse con los demás. La otra singularidad del edificio es que genera proyectos conjuntos entre empresas que no se conocían. Estamos dando respuesta a necesidades de estas empresas y, al mismo tiempo, estamos creando el lugar donde pueden hacer proyectos nuevos de más valor añadido y con más puestos de trabajo. Es una inversión 100% del Consorcio de la Zona Franca, que no tiene ningún ingreso de ninguna administración. La buena noticia es que estamos al 80% de ocupación del edificio y, por eso, ya estamos pensando en la segunda fase.

 

¿En qué consiste esta segunda fase?Sería justo al lado y, en total, tendrá 100 mil metros cuadrados. Si ahora el DFactory ya es un referente internacional, cuando esté terminada la segunda fase, seremos una de las capitales mundiales de la industria 4.0. Tenemos empresas internacionales muy interesadas en invertir porque es la generación de una especie de campus. Nosotros gestionamos un polígono muy grande. Algunas empresas se marcharán, pero otras se están adaptando a esta industria 4.0 y queremos que todo este polígono se convierta en el distrito 4.0 de Barcelona. La idea es que sea un símbolo que impregne el conjunto del polígono industrial, de Barcelona y del país.

  

¿Qué particularidades tiene Barcelona para convertirse en esta capital de la industria 4.0?Barcelona tiene de todo. Si estuviéramos haciendo un plato de cocina, Barcelona tendría todos los ingredientes. Una ciudad y región metropolitana con un tejido urbano muy potente, buenos equipamientos educativos, un ecosistema industrial, una gran ubicación... Este hecho no es casualidad. Los Juegos Olímpicos se pudieron realizar porque hubo gente que lo lideró, pero no fue obra de una persona, sino de este sustrato que ya tiene la ciudad. En aquel momento no era muy evidente, pero emergió. 30 años después, Barcelona tiene todo esto y una marca internacional que no tenía antes. Aunque es una apuesta arriesgada, para ser líderes te debes arriesgar. No queremos serlo para ponernos una medalla, sino para crear oportunidades para la gente.

 

Una de las novedades de este año fue la incubadora de logística 4.0. ¿De qué se trata?Igual que las otras actividades económicas, la logística ha tenido una gran transformación. Aquella logística de almacenes con cajas apiladas y camiones que van arriba y abajo ha evolucionado de una manera muy rápida. El tema de la incubadora lo queríamos ligar al Salón Internacional de Logística (SIL). Es un evento que pasa unos días al año y queríamos que la logística estuviera presente los 365 días al año. Es decir, reivindicar una actividad que aporta el 10% del PIB de España y el 14% de Cataluña, y que a la vez está enganchada al territorio. Con Nissan decidieron desde Tokio que se cerraba la planta de Barcelona, pero la logística, si no está enganchada al territorio, no es logística.

La nueva logística que aplica tecnologías muy diferentes genera muchos puestos de trabajo nuevos y de calidad. Son puestos de trabajo que se quedarán aquí siempre porque no se puede deslocalizar. Por lo tanto, nos pareció que hacía falta una incubadora para que las empresas con ideas que están naciendo pudieran crecer y generar nuevos puestos de trabajo. Tenemos gente que ha inventado un locker refrigerado, que no es una cosa sofisticada. Simplemente, alguien ha tenido la idea para hacer comercio electrónico con producto fresco. Otros están trabajando para repartir paquetes con drones por los lugares con difícil acceso. Además, gracias a la incubadora están conectadas con las grandes empresas de logística. Ya tenemos 30 empresas en la incubadora y aún más peticiones.

  

Este verano se volvió a celebrar el SIL. ¿Cuáles son los temas más disruptivos que se trataron?Hay una larga lista de 150 innovaciones que se presentaron mundialmente. Es un sector que no se puede parar a pensar. Los temas que están sobre la mesa es la utilización del big data, la inteligencia artificial para hacer más eficientes los recorridos y el gran tema es la sostenibilidad. Sabemos que las mercancías deben viajar por el mundo y hay una preocupación con respecto a la sostenibilidad. Tuvimos la presentación de un barco de Balearia que, cuando llega a puerto, funciona de manera eléctrica.

 

La sostenibilidad es uno de los grandes retos a nivel mundial. ¿Cómo aplican esta misión en el Consorcio de la Zona Franca?En los últimos años hemos apostado mucho por los ODS. Primero, porque la inmensa mayoría de países del mundo se han comprometido. Segundo, porque somos un polígono industrial. Cuando la gente piensa, visualiza humo, contaminación y una cosa muy dura. Por eso, los debemos aplicar. Nos concentramos en algunos de ellos. Por ejemplo, hemos creado el primer consejo de las mujeres, que generó el evento Barcelona Woman Acceleration Week. Además hay otros ODS que aplicamos como los que hacen referencia a la innovación, al trabajo decente, la formación o la economía circular.

Utilizamos agua reciclada, potenciamos la instalación de placas fotovoltaicas en los tejados de las empresas, tenemos la primera hidrogenera de España,  promocionamos la movilidad sostenible con la L10 y los carriles bici en el polígono, y muchas más cosas. Por otra parte, las alianzas (ODS número 17) también son fundamentales. No vamos nunca solos, siempre en compañía de otras instituciones públicas y empresas privadas.

  

La semana que viene está previsto el Barcelona New Economy Week (BNEW). ¿Qué previsiones tienen?El resultado de la pandemia no fue una disminución de la actividad, sino la aparición de un nuevo evento. Somos así. No se podía hacer nada que comportara encuentros entre personas y nos inventamos el BNEW. Se propuso hacer la primera semana de octubre porque pensábamos que en aquel mes de 2020 ya estaríamos saliendo de la pandemia y que el mundo necesitaría un mensaje de optimismo y arranque. Evidentemente, en aquel momento no salimos, pero nos pareció que lo debíamos tirar adelante. Es un evento híbrido (presencial y digital) y que no queríamos que fuera un parche sólo de un año, sino un nuevo evento.

Este año será la cuarta edición y tenemos varias verticales de qué hablar. Una es la de proptech, las nuevas tecnologías aplicadas al mundo inmobiliario. La otra es el Health (salud), que se ha puesto de relieve por la pandemia y que está creciendo de una manera espectacular. Están naciendo nuevas empresas dedicadas no sólo a curar, también a prevenir. También está el tema de la industria digital, la movilidad, la sostenibilidad y el talento. Aparte de esto, hay actividades lúdicas y gastronómicas.

Si repasamos todos los temas, vemos que están interrelacionados. En el mundo en que vivimos, la movilidad no está aislada con el tema de la salud, o ésta no está separada del talento. Una característica del BNEW es que por primera vez ves temas que aparentemente parecen diferentes, pero que están interrelacionados y se celebran en un mismo lugar. Además, es global gracias a la plataforma digital que hemos perfeccionado y permite que pueda acudir gente de 140 países de todo el mundo.