La novedad tecnológica más puntera es el cambio del espectro de emisión de las luminarias, que pretende potenciar el uso público del parque y respetar el ciclo biológico de las especies y de las personas. Cuando no hay nadie, la luz es de un color anaranjado acentuado, hecho que reduce la afectación sobre la biodiversidad. Cuando pasa una persona o el sensor detecta movimiento u ocupación, la luz anaranjada pasa a ser blanca, de forma que reproduce mejor los colores, pero siempre dentro de un rango de impacto mínimo sobre el reloj circadiano. Esta luminosidad tiene dos beneficios importantes: minimiza los efectos lumínicos sobre el ciclo inmunológico a través de los receptores de la retina y mejora la percepción en el espacio público solo cuando es necesario. También tiene un impacto positivo en la percepción de seguridad de las personas, ya que a menudo se relaciona la cantidad de luz con la seguridad, aunque no es un factor objetivo determinante.
Los usuarios del parque verán mejoras cualitativas en el ciclo del sueño, el estado de alerta o alteración, el rendimiento y el estado de ánimo, así como respuestas a los cambios estacionales.
El control de la iluminación se basa en sensores de presencia, que gradúan la intensidad y el color de la luz en función del uso y ocupación de los diferentes espacios.

El AMB y el CICAT han instalado un total de 26 luminarias, con una inversión procedente del fondo de refuerzo de la competitividad gestionados a partir de ACCIÓ (Generalitat de Catalunya). Los recursos materiales y humanos han ido a cargo de los fabricantes y las empresas del sector involucradas:
- Fabricación de productos especiales para el proyecto: Vossloh-Schwabe Ibérica, Carandini, iGuzzini y Benito Novatilu
- Asesoramiento técnico: Citelum
- Simulaciones de síntesis espectrales de luz para la salud: Kumux
- Auditoría de los productos y la instalación: laboratorio Asselum
- Diseño de la iluminación: estudio Anoche Iluminación Arquitectónica
El proyecto se ha llevado a cabo en tres zonas del parque con elevada concurrencia de usuarios: entorno de la Naturaula, zona de juegos y espacio bajo la pérgola que conecta una de las entradas principales con el sector del mirador.
Esta instalación ha supuesto un nuevo paradigma en el diseño de alumbrado, ya que aglutina en un mismo sistema diferentes temperaturas de color, intensidades y niveles lumínicos, así como la regulación instantánea y autónoma de estos parámetros, sin comunicación con un sistema central de control de alumbrado, y con un bajo coste diferencial respecto a una instalación convencional. Esta coyuntura mejora la gestión y el control sobre el espacio.