Marta Farrés se convirtió en la primera alcaldesa de Sabadell en 2019, devolviendo a los socialistas una de las ciudades clave del Arco Metropolitano. Después de un mandato marcado por la pandemia y la crisis inflacionaria, hablamos con la alcaldesa de Sabadell sobre su objetivo de "crear riqueza en la ciudad", el estado de las políticas de vivienda en el municipio y los próximos pasos de la movilidad en el territorio. Marta Farrés pone el foco en una futura Zona de Bajas Emisiones que se trabaje de forma coordinada y sin dejar a nadie atrás, al mismo tiempo que pide que no se dilate más en el tiempo una infraestructura importante para el transporte de mercancías como la Ronda Norte.
¿Cómo valora las actividades navideñas que acabamos de cerrar?Hacemos una valoración muy positiva de las fiestas navideñas. De hecho, teníamos unas pretensiones mucho menores de las que hemos conseguido. Queríamos hacer una Navidad bonita en la ciudad, pero no pensábamos que podrían alcanzar este éxito. Ha salido mucho mejor que la Navidad del año pasado. Sin contar la cabalgata de reyes, han venido más de 150.000 personas a la ciudad. Esto sirve para que la gente disfrute, para dinamizar el comercio y para situarnos como referentes.
Una de sus prioridades era crear riqueza en la ciudad. ¿Qué otros proyectos han impulsado para caminar en esta línea?Una de mis funciones como alcaldesa es generar riqueza y tenemos que poner las condiciones para facilitar que vengan empresas. Hemos tomado varias decisiones. La primera es un tema de actitud. Tenemos que hacer que las cosas pasen y no tenemos que encararlo todo desde el ‘no’. Por ejemplo, el anterior gobierno tenía la actitud de ir en contra del aeropuerto, mientras que nosotros creemos que es una potencialidad de servicio. Precisamente, hemos buscado cuáles son nuestras potencialidades. Somos potentes por el aeropuerto, en el ámbito sanitario y por el río. Entonces, lo que tenemos que hacer es que estas cosas que funcionan lo hagan incluso mejor, en lugar de inventar nada.Finalmente, hemos querido hacerlo todo más fácil. Con el tema de las licencias, antes había un tiempo de espera de más de 9 meses y ahora son sólo 3. Además, pondremos una serie de suelo industrial para que se instalen las empresas. Tenemos que dinamizar lo que es propio.
En el caso del comercio, ¿la proximidad con Barcelona es una oportunidad o un impedimento?Para mí es una oportunidad clarísimamente. No competimos con Barcelona, sino que tenemos que aprovechar las sinergias que genera. Barcelona no puede crecer más y cada día nos vienen a ver nuevas empresas. Lo que tenemos que hacer es coordinarnos. En todo caso, siempre hemos criticado que se ha diseñado el país sólo pensando en Barcelona. Si lo que hacemos es aprovecharla y articular el territorio entorno a esto, es una enorme oportunidad.
¿De quién es esta tarea de coordinación?El principal responsable es la Generalitat de Catalunya, que tiene la competencia de política territorial.
¿Qué cambios en el ocio nocturno ha sufrido la ciudad este mandato?Cuando entré como alcaldesa, había este debate sobre la mesa. El punto de referencia es la antigua Zona Hermética. Se hizo con una buena intención, pero se desarrolló con una cantidad de discotecas que no podíamos asumir. Cuando entré de alcaldesa, decidimos detener las licencias de locales de ocio nocturno con la idea de hacer un planteamiento de ciudad. ¿La ciudad debe tener ocio nocturno? Sí. Sin embargo, debemos colocarlo bien. Debemos alejarlo de donde haya vecinos y vecinas y, con lo que ya está abierto, no podemos hacer nada.
La movilidad ha sido uno de los grandes temas de este mandato municipal en toda Cataluña. ¿Qué modelo defiende y qué actuaciones tienen en marcha?Tenemos que hacer que la gente se mueva mejor. Primero, tenemos que desarrollar el transporte público ferroviario y viario para que la gente lo utilice cada vez más. Y, segundo, tenemos que tener en cuenta que las mercancías también se desplazan y hay zonas donde el transporte público no puede llegar. Por lo tanto, tenemos que hacer posibles los dos modelos.
Aparte de esto, la Ley del cambio climático de 2021 establece que los municipios de más de 50.000 habitantes debemos crear una Zona de Bajas Emisiones. Lo que decimos desde Sabadell y los municipios del Arco Metropolitano es que nos tenemos que coordinar bien. No tiene sentido que Terrassa haga la ZBE con unos criterios, Sabadell con otros y Martorell con otros. Pongamos unos criterios mínimos en todas partes. Además, hemos visto que la ZBE no han terminado de funcionar del todo en según qué casos. Vemos que mejora la calidad del aire, pero lo que hace es desplazar los vehículos a las calles de al lado. Tenemos que hacerlo coordinadamente y sin dejar a nadie atrás.
¿Hay consenso con el resto de municipios sobre cómo se debe aplicar?La ZBE es una de las primeras cosas que abordamos desde los municipios del área metropolitana y ya se está trabajando para marcar unos criterios conjuntos. Queremos hacerlo compatible con el hecho de que la gente se siga moviendo, no podemos cerrarlo todo de repente. Se debe encontrar un equilibrio para aplicarlo de forma racional y útil. Cualquier política pública debe ser útil. Si no funciona, tendremos que buscar otra cosa. Obviamente, cumpliremos la ley.
La Ronda Norte es otro caballo de batalla de Sabadell. ¿Cómo se encuentran las negociaciones con el consejero?Soy muy clara. Hay un Plan de movilidad aprobado por todos los partidos políticos, hay acuerdo en el territorio, en el Parlamento de Cataluña, en los diferentes ayuntamientos y en el Arco Metropolitano. Ya hemos pasado la pantalla de la reflexión y lo tenemos dibujado. Tenemos que crear riqueza y, para que esto sea posible, las infraestructuras son trascendentales. Eso sí, debemos hacerlo bien, sólo faltaría. No podemos seguir dilatándolo en el tiempo, ya teníamos un acuerdo con el anterior consejero. La Generalitat debe mover ficha.
¿A qué se debe la dilatación?Esto le tendrías que preguntar al consejero. Con el anterior consejero nos entendíamos y teníamos muy claro que ésta debía ser la línea a seguir. No hemos cambiado ni de posición, ni de planteamiento ni de trazado. En todo caso, es un cambio del otro lado, que deberían explicar sus motivos.
¿Sus compañeros del PSC le han explicado si puede ser una palanca para desencallar los presupuestos?Ha salido públicamente. Salvador Illa ha dicho muy claro que hay tres elementos clave y uno de ellos es la ronda norte. Ha habido total transparencia. También quiero dejar claro que no hablo en nombre del PSC, sino como alcaldesa. Sin embargo, es importantísimo hablar de infraestructuras y no podemos decir que no tan rápidamente a todo.
¿Sabadell contará con inversiones de Fondos Next Generation?De momento, hemos conseguido ya alrededor de 10,5M de euros. Más de 8 se destinarán a la Zona de Bajas Emisiones, relacionado con la transformación digital y del transporte. Es un elemento importante que actúa como palanca para acelerar procesos que teníamos sobre la mesa. Aún tenemos algunos pendientes en temas como la vivienda o la transición energética.
No se ha conseguido ir al ritmo que esperaban en la construcción de vivienda. ¿Qué ha fallado?Tampoco se nos ha retrasado tanto. Entre seis y ocho meses. Entendemos que ha habido una pandemia por medio y, como decíamos en mi casa, bastante hemos hecho con todo lo que ha pasado. A finales de 2023 y principios de 2024 contaremos con las 500 viviendas que nos comprometimos.
El tema de la vivienda es imprescindible porque es la gran política en contra de la exclusión social en este país. No hay una política pública de vivienda, sino que hay muchas. No todo pasa por construir vivienda pública. También hay otras como el derecho a tanteo y retracto, otorgar ayudas al alquiler o hacer viviendas compartidas. Deben entrar muchas políticas para tener incidencia.
¿La pandemia ha ralentizado los proyectos que debía sacar adelante el Ayuntamiento?Evidentemente. Pero también hay otro factor que debemos poner sobre la mesa: la tramitación administrativa. En estos momentos, es una tortura para cualquier ayuntamiento y crea desafección, tanto de los ciudadanos hacia la política como de los políticos hacia la administración. Tramitas una cosa, tienes el dinero y sabes dónde quieres ir, pero la ley es terrible. Esto crea frustración.
Además, actualmente se añaden los problemas de los contratos desiertos por culpa de la inflación.Es un drama. Además, hay una sobreprotección de la libre competencia en detrimento de las administraciones públicas, que también deberían protegerse.
¿Qué otros proyectos han quedado pendientes?Había dos principales, pero uno lo hemos conseguido salvar. El Portal Sur, aunque tuvimos problemas con una empresa, se empezará antes de terminar la legislatura. El otro que nos ha quedado sobre la mesa es el Jardín de Campoamor, que es un proyecto para esponjar ambientalmente una zona con una alta concentración de viviendas.
¿Qué nos espera de cara a mayo?Continuaremos viendo obras que vamos teniendo adjudicadas y que deben empezar. La losa de Can Llong, también hemos empezado una zona de juegos infantiles en Pau Casals y varias obras de mejora del espacio. Por otra parte, veremos gestiones que hemos hecho postpandemia en el sector económico y que nos traerán buenas noticias.