Localizan por primera vez un taller de fundición del siglo XIX enterrado en el centro de Sabadell

05 de agosto de 2023 a las 10:06h

Unas obras en el centro de Sabadell han permitido descubrir el primer taller de fundición que se encuentra en este sector de la ciudad. Se trata de un elemento que data del siglo XIX y que forma parte de un conjunto industrial situado entre las calles del Sol y Sant Pau. Los restos quedaron al descubierto en el marco de los trabajos de derribo de una estructura para poder proyectar una nueva promoción de viviendas, y aunque hace semanas que se localizaron, no ha sido hasta ahora que se ha hecho pública el hallazgo. En los últimos años, el centro ha sido objeto de varias intervenciones aprovechando obras privadas, que han dejado al descubierto otras estructuras, como casas, silos e incluso nuevos tramos de la muralla del siglo XIV.

La antigua fundición se ha encontrado en un terreno situado entre casas que hasta ahora había ocupado un aparcamiento de vehículos. En los últimos meses, sin embargo, se ha trabajado para derribar la estructura existente para poder hacer un conjunto de viviendas, un proceso en el que salieron a la luz los restos.

 

El resultado ha sido la localización de un conjunto industrial de mediados del siglo XIX, aproximadamente de entre 1850 y 1870, correspondiente a un gran taller de fundición: "Es el primer conjunto de industria de fundición que encontramos en la ciudad, hasta ahora conocíamos algunos vapores de fábricas textiles de mediados del siglo XIX, pero nunca antes habíamos localizado instalaciones así", relata a la ACN Jordi Roig, arqueólogo director de Arrago SL.

Los elementos se han encontrado en una finca de la calle Sant Pau, pero cuando eran operativos formaban parte de las parcelas de la calle del Sol, donde todavía hay casas que habían sido propiedad de los industriales textiles de la ciudad. Aquí se ha encontrado el sector energético, integrado por un gran horno principal que todavía tenía restos de hierro adheridas a las paredes, con las salas de calderas que alimentaban la maquinaria de vapor y sus humeros, pero no la chimenea principal, que se encontraría en fincas adyacentes.

"En este taller se hacían las piezas de hierro, los componentes de las máquinas de vapor que necesitaban recambios, como elementos o ejes de las ruedas", apunta Roig. Aunque hay documentación que relata implantaciones de este tipo en la ciudad desde el siglo XIX, nunca antes se habían encontrado restos, hecho por el cual incrementa su importancia a nivel documental porque ha permitido el estudio sobre el terreno.

 

Zona prolífica

La ciudad vivió una explosión arqueológica a principios de este siglo, sobre todo entre 2000 y 2012, cuando el 'boom' de la construcción permitió trabajar en el centro, donde se han encontrado varios tramos de la muralla medieval. También se han hecho excavaciones en entornos en expansión, como el barrio de Can Gambús, donde se localizó una necrópolis neolítica.

"El plan de Sabadell es un espacio óptimo para asentamientos", detalla Roig, un hecho que lo corroboran los hallazgos hechos, que van desde la prehistoria hasta la que nos ocupa. El pasado agrícola de la ciudad queda reflejado en los restos localizados, que demuestran que la economía se centraba principalmente en la actividad en el campo, y que quedaron tapadas por la irrupción de la máquina y la industria.

 

De hecho, es habitual encontrar restos prehistóricos muy cerca de las que un día formaron parte del motor económico de los siglos XIX y XX en la capital vallesana, cosa que permite dibujar cómo era la ciudad en sus orígenes y cómo ha evolucionado. En los últimos años se han ido descubriendo espacios y elementos que habían quedado escondidos, como es el caso de la calle Sant Pere, junto a los hallazgos hechos ahora.

En aquel caso se localizaron varios silos prehistóricos, pero también una cámara subterránea. A partir del hallazgo de lámparas de luz de aceite en el mismo lugar, se cree que se habría utilizado como escondite hasta el año 1900, cuando quedó sellada.

 

La hipótesis de los arqueólogos es que podría haber más escondites de estas características bajo las casas adyacentes. Esto, sin embargo, no se podrá saber hasta que las viviendas que ahora se levantan no dejen paso a un proceso de obras, donde podrían quedar al descubierto posibles restos.

No muy lejos de allí, en la Via Massagué, otros trabajos permitieron hacer un nuevo hallazgo relativo a la muralla medieval que protegía la ciudad. En aquella ocasión, se derribó un conjunto de casas para levantar una nueva promoción de pisos, justo al lado del espacio bautizado popularmente como plaza del Tintín.

 

Aquellas obras permitieron dejar al descubierto dos galerías subterráneas y parte de la antigua muralla, además de una docena de silos, un indicador económico que en este emplazamiento vivía gente acomodada capaz de producir y almacenar alimentos. En su interior, además, se encontró material como piezas de hierro, restos de fauna de las comidas o monedas de la época de Jaume I y Jaume II, así como dos hornos de terracota correspondientes a una de las familias productoras de la localidad de los siglos XVII y XVIII.

Ya a las afueras de Sabadell, en el entorno de Sant Pau de Riu-sec, el año pasado se encontró un cuniculus, un acueducto romano subterráneo que con 150 metros de longitud es el segundo más importante localizado nunca en Cataluña. Su aparición puso de relieve la importancia que el agua tenía en un entorno del Vallès donde se tienen registrados diferentes núcleos habitados durante la época romana, y que podría servir para abastecerlos para regar campos, servir a negocios de alfarerías o en los hogares.

 

El espacio, sin embargo, quedó destruido en el marco de la construcción de una tienda. No obstante, se han conservado unos 20 metros que se han habilitado para hacerlos accesible al público.

Como en aquella ocasión, los restos ahora encontrados en el centro de Sabadell quedarán cubiertos, una vez catalogados, para convertirse, en este caso, en el patio de una nueva finca.