La acusada de matar a su marido en el domicilio de Viladecans (Baix Llobregat) que compartían en enero de 2021 ha mantenido que la puñalada que le propició, y que provocó la muerte de la víctima, fue un accidente fruto de una fuerte discusión. “Quiero pedir perdón, porque no era mi intención, si pudiera daría mi vida y hubiera sido yo quien muriera y no él”, ha dicho durante la declaración de este lunes en la Audiencia de Barcelona. La mujer ha relatado constantes discusiones con la víctima y ha asegurado que éste, cuando bebía, se ponía “muy agresivo” y la golpeaba. La Fiscalía pide para la acusada, que se encuentra en prisión provisional desde febrero de 2021, 22 años de prisión por un asesinato con alevosía con agravante de parentesco.
El juicio por el crimen de enero de 2021 comenzó el pasado viernes y este lunes, en la segunda sesión, la acusada ha declarado respondiendo sólo a las preguntas de su abogada. Según consta en el escrito de acusación de la Fiscalía, los hechos tuvieron lugar a las nueve menos cuarto de la noche del día 31 de enero de 2021, cuando el matrimonio volvió a casa después de cenar. Al poco de llegar, la víctima, de 65 años, fue a la cocina momento en que la acusa, según el ministerio fiscal, “movida por el ánimo de acabar con la vida de su marido o en cualquier caso siendo plenamente consciente del riesgo que su actuación suponía para su vida así como de las altas probabilidades de provocarle la muerte, apuñaló a su marido”. El hombre murió casi al instante a consecuencia de la puñalada.
Sin embargo, la acusada, que en el momento de los hechos tenía 37 años, ha defendido este lunes que la puñalada fue un accidente fruto de una fuerte discusión que mantuvieron aquel día al llegar a casa después de comer fuera con dos amigos. Según ha relatado, ella había estado bebiendo todo el día y, al llegar al domicilio, él le reprochó que hubiera explicado los problemas que tenían como pareja a los amigos. “Me empezó a decir cosas, a insultarme, que parecía una loca, que era una 'sudaca' de mierda, que no valía nada, que no encontraría un hombre como él”, ha explicado.
Posteriormente, según la acusada, el hombre empezó a propiciarle puntapiés y a golpearle la cara, hechos que ha dicho que "pasaban durante toda la relación". Según ha relatado la mujer, en un momento dado ella se mueve a la cocina "porque tenía hambre" y él la sigue. Según ha dicho, la víctima le gritaba: "Eres una estúpida, eres lo peor, no sé qué haces en mi vida". En medio de la discusión, la acusada ha explicado que él la cogió por el cuello y la levantó, momento en que ella tenía un cuchillo en la mano. "Me cogió de las manos y me preguntó: '¿Quieres que muramos los dos?'", ha relatado. Según la acusada, en aquel momento la víctima resbaló "porque había agua en el suelo" y cayó encima de ella y, consecuentemente, encima del cuchillo. "Sentí que el cuchillo entraba -dentro de la víctima- y cuando vi la sangre fui a buscar ayuda", ha explicado. "Yo le amaba, ¿cómo iba a tener intención de acabar con la vida de mi marido? Si es la persona que más quiero", ha afirmado.
Justo después de los hechos, la acusada pidió ayuda a los vecinos y, poco después, llegaron varios equipos del Servicio de Emergencias Médicas (SEM), la policía local de Viladecans, y agentes de los Mossos d'Esquadra. La mujer quedó detenida el mismo día en el domicilio de los hechos.
Para la Fiscalía, cuando la acusada agredió al marido, lo hizo "aprovechándose de lo inesperado del ataque, estando su marido totalmente desprevenido".
Según han relatado dos agentes de los Mossos d'Esquadra que acudieron al lugar de los hechos, en un primer momento la acusada habría reconocido el crimen. Uno de los agentes ha explicado, una vez llegó al domicilio en cuestión, se acercó a la acusada y ésta le explicó que habían estado discutiendo "por una tercera persona" y que en un momento dado ella "se había puesto nerviosa y le había tirado un cuchillo". "Le pregunté si le había apuñalado y ella me dijo que sí con la cabeza", ha testificado uno de los agentes.
Todos los agentes que han prestado testimonio este lunes han coincidido en que la mujer llevaba la cara, las manos y parte de la ropa llenas de sangre una vez llegaron al domicilio. En el lugar de los hechos también se encontró dentro de la nevera de la cocina, que estaba abierta cuando llegaron los agentes, un cuchillo de grandes dimensiones.
En el momento de la detención, según los agentes, la acusada no opuso ningún tipo de resistencia y, asimismo, ésta no paraba de preguntar: "¿Cómo está mi marido?". Según algunos de los agentes que interactuaron con ella, ésta se encontraba bajo los efectos del alcohol. "Parecía que estuviera en estado de shock, no me pareció que estuviera bien: tenía cara de haber consumido alcohol y olía a alcohol", ha afirmado uno de ellos.
Control, discusiones, alcohol y agresiones físicas
Durante el interrogatorio, la acusada ha relatado constantes discusiones con la víctima, ha descrito situaciones de control y celos por parte del marido, y ha apuntado que sus "problemas" como pareja eran consecuencia de los problemas que éste tenía con el alcohol. Además, la acusada ha afirmado que el hombre le habría golpeado en "cuatro o cinco ocasiones" a lo largo de la relación. "Yo nunca quise denunciar porque ya tenía una denuncia previa -de su expareja-, y me decía que si le denunciaba tendría problemas y yo no quería, sólo quería que parara, que parara y que parara de pegarme, sólo quería que todo fuera normal y no lo conseguí", ha explicado. Sobre los problemas con la bebida, la acusada ha defendido que "llegó a un punto en que -la víctima- bebía todo el día" e incluso la iba a recoger al trabajo bebido. "Yo intentaba que todo fuera bien, pero fue imposible", ha lamentado.
Según la acusada, parte de las discusiones del matrimonio también eran consecuencia de la actitud de la expareja de él, que "no respetaba" su relación. "Me cambié diez o quince veces de línea de teléfono porque esta señora siempre buscaba la manera de contactar, llamaba una y otra vez, para molestar".
En la declaración, ha repetido que "se arrepiente" de lo que pasó y ha insistido en que ella "sólo" quería "ayudarle y que él cambiara". "Yo cada noche pido a quien sea que se me lleven con él para acabar con este dolor", ha afirmado. La acusada ha cerrado el interrogatorio con un mensaje dirigido al hijo de la víctima, a quien ha pedido que "la perdone". "Si pudiera le devolvería la vida a mi marido".