Un paso adelante en la transformación del recinto fabril de Can Ricart, en Sant Martí. La Comisión de Gobierno ha aprobado definitivamente el proyecto de urbanización de los espacios libres y de uso público del ámbito comprendido entre las calles de Marruecos, Bilbao, Perú y Espronceda. En concreto, se prevé actuar sobre una superficie de 17.923 m2 para crear un nuevo espacio público de calidad y abierto al barrio que integre los edificios existentes con los de nueva creación y los nuevos usos, potencie el verde y valore el patrimonio arquitectónico y las trazas históricas del recinto. En definitiva, Can Ricart se convertirá en un nuevo espacio vecinal de referencia y lleno de vida para el barrio de Provençals del Poblenou.

La nueva ordenación incluye el espacio que rodea las naves del antiguo recinto industrial y las nuevas edificaciones con fachada a la calle de Bilbao, Marruecos, Perú y al pasaje interior de Emilia Coranty. Se definen recorridos de uso exclusivo para peatones en el interior del recinto a través de los edificios históricos y los de los nuevos usos. Estos itinerarios reconocerán las trazas históricas del recinto y también se crearán nuevas continuidades para conectar bien todos los equipamientos proyectados. En concreto, se prevé la rehabilitación de varios edificios del conjunto de Can Ricart, con los edificios destinados a la Universidad de Barcelona, y otras edificaciones para oficinas y usos municipales. Estos usos se complementan con la construcción de una residencia de estudiantes y de viviendas privadas, además de la promoción existente de vivienda pública en la calle de Bolivia con la calle de Espronceda.

Por lo tanto, se definirán los accesos y los desplazamientos a pie por todo el ámbito, se generarán espacios de estancia y de relación para realizar actividades y se unirá Can Ricart con su entorno inmediato. Destaca el papel de la calle de Bolivia en la nueva urbanización, que penetra desde fuera del ámbito de Can Ricart hacia el interior y permite vertebrar un nuevo recorrido de entrada y salida y estructurar las zonas verdes y los equipamientos del entorno a los que da acceso. También se urbanizan parte de las aceras perimetrales para facilitar el acceso desde todos los ejes y calles del entorno, y la actuación contempla el control arqueológico de todos los movimientos de tierras que se realicen durante la ejecución de la obra y la excavación exhaustiva y documentación de todos los restos arqueológicos que se localicen.

En cuanto al verde, se plantea una distribución del arbolado para ofrecer sombra a las diferentes áreas de descanso que se habilitarán. Habrá unos 110 árboles, de los cuales unos ochenta serán de nueva plantación, y se crearán nuevas zonas verdes y parterres con arbustivas. Algunos de estos parterres imitarán antiguos diseños de telas producidas en las fábricas de Can Ricart, y en la parte histórica se reproducirán las plantaciones del proyecto original de ajardinamiento de Josep Fontserè i Mestre. En total, habrá unos 3.500 m2 de espacios verdes. Además, en el extremo cercano al cruce de las calles de Bilbao y Marruecos se ubicará una fuente ornamental en forma de balsa naturalizada con ecosistema propio, al estilo de un estanque.

La pavimentación del espacio interior de Can Ricart se realizará con adoquín cerámico de varios colores –rojo, ocre y beige– para diferenciar y recordar las partes de las naves derrocadas hace años, antes de que se catalogara el recinto. En las calles exteriores, las aceras serán de panot, y en el cruce de las calles de Bolivia con Espronceda se realizarán unas aceras anchas con un paso elevado para los peatones y de las mismas características de panot hidráulico. Además, se colocará un centenar de bancos y sillas, aparcamientos para bicicletas y papeleras, y se instalará alumbrado de tecnología LED, una red de recogida neumática y un sistema de drenaje que aprovechará el agua de la lluvia para recargar el acuífero y para el riego de las zonas verdes.
Las obras de urbanización, que serán impulsadas a través del Instituto Municipal de Urbanismo (IMU), tendrán un presupuesto de ejecución de 12,8 millones de euros y contará con la financiación de los propietarios del sector. En cuanto al calendario, se prevé licitar las obras de la primera fase en otoño de 2023, poder iniciarlas en primavera de 2024 y terminarlas a principios del año 2025.

Origen e historia del recinto fabril de Can Ricart
La antigua fábrica de Can Ricart es uno de los conjuntos fabriles de mayor importancia histórica que se conservan en Barcelona y en Cataluña y está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) en la categoría de conjunto histórico. La construcción del recinto se inició entre los años 1852 y 1854 con un proyecto firmado por el arquitecto Josep Oriol i Bernadet (1811-1860), y fue continuado a su muerte por Josep Fontserè i Mestre (1829-1897), con el entorno, la torre y edificio de los rodillos.
El conjunto de Can Ricart tiene un perímetro irregular y se encuentra definido por dos series de naves paralelas, la nave principal y las naves del pasaje enlazadas mediante una nave transversal, la cual genera dos ámbitos diferenciados: el primero, desde la entrada hasta la nave transversal y la torre del reloj; y el segundo, al otro lado de la nave mencionada, y donde se encuentran las construcciones en las que estaba instalado el sistema energético original (a vapor) y tres naves más destinadas originalmente a la actividad productiva de Can Ricart.
Can Ricart del Poblenou fue una de las primeras fábricas de estampación mecánica de tejidos de algodón en Cataluña. Más tarde, en la década de los años veinte del siglo pasado se unió al grupo empresarial textil Bertrand i Serra. A partir de entonces, se instalaron actividades industriales diversas. La diversificación de usos y la implantación de empresas se fue ampliando, de forma que en el momento de plantear la reforma del recinto actualmente en curso, en Can Ricart había más de una treintena de empresas industriales diferentes en funcionamiento, las cuales fueron cerrando progresivamente durante los años 2005 y 2006.