La protesta contra el desalojo del Kubo y la Ruïna acaba con desperfectos en el barrio de Gràcia

03 de diciembre de 2023 a las 10:48h

La protesta convocada este sábado por miembros del colectivo ocupa contra el desalojo del Kubo y la Ruïna ha acabado alrededor de las nueve de la noche con desperfectos en el barrio de Gràcia. Inicialmente, la manifestación estaba convocada en la plaza de Alfonso Comín, en el barrio de Vallcarca i els Penitents, donde se había desplegado un fuerte dispositivo policial, pero finalmente no se ha celebrado allí.

En cambio, un grupo de unos ochenta manifestantes se ha encontrado en la plaza del Norte, en Gràcia, y ha comenzado una marcha por el barrio que ha obligado a cortar puntualmente el tráfico, según la Guardia Urbana. Según Mossos d'Esquadra, han provocado desperfectos en dos establecimientos de telefonía, una entidad bancaria, una agencia inmobiliaria y dos contenedores.

Fuentes policiales han explicado que los establecimientos han sufrido daños en los escaparates y que los contenedores de basura han sido quemados y que ahora se investigará quién lo ha provocado. La manifestación quería ser la "venganza" contra la desocupación que este jueves los Mossos hicieron en los edificios del barrio de Sant Gervasi-Bonanova bajo el lema 'Res ha acabado, todo continúa' y '¡El barrio quema!'.

Durante la operación, la policía detuvo a siete personas que encontraron en el interior de las casas ocupadas. Las últimas cuatro las tuvieron que bajar con una grúa. Tres estaban en el tejado de la Ruïna y una se había colgado de la fachada del Kubo. Se trata de seis hombres y una mujer, todos ellos mayores de edad, que el juzgado de instrucción número 7 de Barcelona dejó en libertad provisional después de que se acogieran al derecho a no declarar. La causa está abierta por los delitos de desórdenes públicos, maltrato de obra y atentado contra agentes de la autoridad.

Cinco horas de desalojo

Los Mossos d’Esquadra comenzaron el desalojo a las seis de la mañana. A las ocho pudieron entrar en los dos edificios. Los ocupantes les lanzaron todo tipo de objetos, como cojinetes de acero, petardos, sacos de escombros, pintura y otras piezas contundentes. Para entrar utilizaron una jaula de hierro con ruedas.

Después de acceder al interior de las dos casas, los agentes subieron a las plantas superiores y fueron retirando todos los obstáculos que habían colocado los ocupas. Ha sido necesaria la intervención de diferentes unidades, entre ellas la de Montaña.

En total, fueron unas cinco horas de desalojo que, según aseguró el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, se produjo “con éxito y sin incidentes". Un agente resultó herido leve en la espalda.

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