El jefe del Servicio de enfermedades infecciosas y coordinador general Covid-19 del Hospital del Mar de Barcelona, Juan Pablo Horcajada, ha destacado que la mortalidad ha bajado 10 puntos porcentuales entre la primera y la segunda ola de la pandemia.
En declaraciones a Europa Press, ha concretado que cuando comenzó la pandemia la mortalidad que registró el hospital en pacientes con coronavirus fue del 17%, mientras que en esta segunda etapa está en un 7%.
Según Horcajada, "puede estar motivado por varias razones", como que el hospital ha atendido a menos pacientes de más de 70 años en la segunda ola, y que ahora se abordan los pacientes con más experiencia.
Como hay menos pacientes que en la primera ola, han podido dar una respuesta "muy buena y muy equilibrada" en el segundo impacto de la pandemia, también gracias al conocimiento de los profesionales para abordar esta situación desde el punto de vista clínico y organizativo.
Otro aspecto positivo de la segunda ola es que han podido dar respuesta a las actividades asistenciales no relacionadas con la Covid-19, sin tener que desprogramar prácticamente nada más allá de algún "tema pequeño".
"Ha sido un éxito", según el doctor, aunque ha argumentado que el precio para conseguirlo es un sobreesfuerzo muy grande de la plantilla dedicada a la atención de la pandemia, que está muy cansada.
SITUACIÓN ASISTENCIAL
El hospital tiene 21 ingresados en camas de críticos, y la capacidad de su unidad de vigilancia intensiva (UCI) es de 18 camas, motivo por el cual han tenido que ampliarla con tres camas de fuera de la UCI.
"Ya hace casi un mes que estamos así", ha destacado el doctor, y ha añadido que en las plantas de hospitalización normal tienen 75 pacientes por Covid-19, mientras que hace una semana eran unos 90.
"Ahora hay un pequeño descenso en las plantas que esperamos que se vea reflejado en las UCI en las próximas semanas", ha dicho en relación a la mejora de los indicadores asistenciales del centro.
FLEXIBILIZAR MEDIDAS
Cuando le han preguntado por el Plan de flexibilización de las restricciones derivadas de la segunda ola que ha impulsado el Gobierno, ha lamentado que, si se empiezan a levantar medidas, es probable un "nuevo aumento de ingresos".
"No estamos tranquilos. Las cifras aún son altas, y necesitaríamos un descenso mucho más importante. No es un nivel insostenible, pero tenemos el hospital tensionado. Hay que estar muy al acecho", ha alertado.
Pero no considera que "se haya vuelto a caer en el mismo error" de la primera ola de desescalar medidas rápidamente, con un plan por tramos que también puede ir atrás según la situación epidemiológica.
"LA VACUNA NO SERÁ 100% EFICAZ"
Sobre la llegada de un tratamiento, ha precisado que hay ensayos clínicos para conseguir uno de los dos tipos: preventivos, que sirven para prevenir la infección, como una vacuna; y curativos, que se administran al paciente cuando ya está enfermo.
Ha diferenciado el laboratorio de la vida real, porque a su parecer hay muchos factores que pueden influir para que, al final, la vacuna tenga el impacto necesario: "La vacuna no será 100% eficaz. Esto lo sabe todo el mundo".
Ha argumentado que hay vacunas que se deben dar en dos dosis, y "asegurar que a todo el mundo se le administren dos es prácticamente imposible", motivo por el cual ya habrá un porcentaje de gente que sólo recibirá una dosis.
Además, hay bovinas cuyo sistema de almacenamiento implica temperaturas de -80 grados, un nivel "muy difícil de mantener", por lo que posiblemente habrá bovinas que, cuando se apliquen a la vida real, habrán perdido su eficacia cuando lleguen al enfermo.
Así, ha defendido que "la única herramienta" para reducir la mortalidad hasta que llegue un tratamiento es evitar la enfermedad, con distanciamiento social, higiene de manos y mascarilla.