La llegada de los Tres Reyes Magos de Oriente volvió a llenar la ciudad el 5 de enero de magia, luz y colores. Melchor, Gaspar y Baltasar sabían que en Castelldefels siempre les recibe un gran número de niñas y niños, que no se quieren perder la cabalgata y la oportunidad de darles personalmente sus cartas. Este año, la cita con Sus Majestades fue muy similar a la de los años anteriores.
Tal y como nos habían informado desde el departamento de prensa de Sus Majestades, los tres reyes llegaron a caballo a Castelldefels, a las 12 del mediodía, por la arena de la playa, con una caravana de pajes, carteros reales y caballos bien cargados de regalos. Esta caravana salió de la playa a la altura de la avenida República Argentina y llegó hasta la calle 5. Hubo 3 puntos accesibles a donde se acercaron miles de castelldefelenses y visitantes: en la avenida de los Baños, en la calle Ones y en la calle Avet.
Una vez finalizado el recorrido, Sus Majestades subieron a descansar al Castillo, con vehículos de época.
Ya por la tarde, y a pesar de la lluvia, la tradicional Cabalgata de Reyes salió desde el Castillo de Castelldefels. Después de un recorrido por calles del centro de la ciudad, la comitiva de Sus Majestades llegó a la plaza de la Iglesia.
Una vez llegados a la plaza, saludaron a las familias de Castelldefels desde el balcón del Ayuntamiento, donde recibieron del alcalde Manu Reyes la llave de la ciudad para acceder a todos los hogares de la ciudad y donde escucharon la carta de los deseos comunes. Este año iba a cargo del alumnado de la clase “Billy Elliot” de 3º A de la Escuela Els Pins, ganadores del concurso escolar de cartas dirigidas a SSMM los Reyes Magos.
Los días antes de la Cabalgata, del 2 al 4 de enero, el Castillo acogió el Campamento de los Carteros Reales, donde ellos y sus pajes atendían a todas las niñas y niños y recogían sus cartas.
El mismo día de la Cabalgata, viernes 5 de enero, se podía entregar la carta a Sus Majestades, en el acto de la mañana en la playa o bien en la Cabalgata de la tarde. Una vez terminada, Sus Majestades se sentaron en el porche del Ayuntamiento para recoger todos los deseos de los niños y las niñas.