El Archivo Municipal celebra el 40 aniversario de la Fiesta Mayor de Blancos y Azules haciendo una mirada a los primeros años de la fiesta, estrenada en 1983. La exposición se podrá visitar hasta el día 1 de diciembre en el vestíbulo del Ayuntamiento (Porxada, 6). A través de 14 paneles se muestran las principales actividades que se hacían en los primeros tiempos, la década de los 80 y 90 del siglo pasado. Las fotografías pertenecen a diferentes fondos y colecciones del Archivo.
Tal y como recoge la hoja informativa de la exposición(link is external), la propuesta de nuevo modelo festivo partía de un grupo de jóvenes de la Asociación de Vecinos Bajo el Camino Real que querían revivir la fiesta. La excusa fue una anécdota que Amador Garrell recogía en su libro Granollers Villa Abierta, una jugada que en 1897 había enfrentado a dos ladrilleros de la ciudad, en Rayo y en Maynou, animados por sus seguidores, los Blancos y los Azules. Se trataba, pues, de recrear las dos pandillas, con la ayuda de jóvenes de Sota Camí Ral y el Casal del Joven, para que animaran una fiesta mayor que había ido perdiendo empuje. El Ayuntamiento vio con buenos ojos la propuesta y la apoyó. Tal y como recoge Paco Cruz en el libro «La Fiesta Mayor. Granollers 1857-2003», el objetivo era que la fiesta fuera «un motivo de reencuentro y alegría para todos».
La muestra sigue los cuatro días que inicialmente duraba la Fiesta Mayor, desde el último jueves de agosto hasta el domingo. El ritual comenzaba con la decoración de las plazas por parte de las pandillas, primero sólo la Porxada y más tarde se añadió la plaza Barangé; después venía la ceremonia de inicio de fiestas, con el pasacalle de todos los grupos y el bestiario festivo, y la lectura del pregón; la arrocada popular en el parque Torras Villà y la estirada de cuerda, primero en la c. Santa Anna; el correfoc, surgido por iniciativa de los Azules, y el correaigua, surgido de los Blancos, dos actos que muy pronto se convirtieron en multitudinarios; el encuentro y la plantada de gigantes, en la plaza Barangé; la levantada de castillos con la actuación de los Xics desde 1991, junto con otras pandillas invitadas; el concurso de ladrilleros(link is external), que primero se hacía en el parque Torras Villà y que comenzaron los ladrilleros Amador Galí (Blancos) y Joan Josep Biscarri (Azules); la traca de los 1.000 metros, que ya se había hecho en los años 30 y que las pandillas recuperan en 1983; los fuegos artificiales, que primero se disparaban desde el parque Torras Villà; y la cena de hermandad, celebrada bajo la Porxada hasta 2001 y donde se proclamaba la pandilla ganadora, la encargada de escoger al pregonero del año siguiente.
El horario de visita de la exposición es de lunes a viernes durante todo el día y se complementa con la proyección en pantalla de cuarenta fotografías más de los primeros quince años de Blancos y Azules.