El servicio de seguimiento telefónico y acompañamiento emocional para personas mayores de 70 años que viven solas y no tienen servicio de teleasistencia ha realizado entre enero y marzo un total de 4.616 llamadas telefónicas. Del total de 2.672 personas contactadas, 238 fueron derivadas a los servicios asistenciales necesarios.
El contacto telefónico ha permitido detectar las carencias y necesidades de estas personas y, cuando ha sido el caso, poder derivarlas a los servicios necesarios para mejorar su calidad de vida. Las necesidades detectadas han sido (de más a menos frecuencia):
- Asistencia para la higiene del hogar - Asistencia para las necesidades básicas diarias - Ayuda psicológica especializada - Apoyo emocional - Ayuda para hacer la compra, cocinar y para la higiene personal
El servicio se puso en marcha en enero para realizar un seguimiento telefónico y acompañamiento emocional para personas mayores de 70 años que viven solas y no tienen servicio de teleasistencia. Se trata de personas que no tienen muchos vínculos sociales y familiares y que, en la situación actual de pandemia, pueden quedar aisladas socialmente. Esta acción está integrada en el plan municipal de medidas frente a la COVID-19.
El servicio ha sido llevado a cabo por la Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de Barcelona (UTCCB), integrada en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona. Un grupo de psicólogos especializados han realizado las llamadas y el control quincenal de las personas identificadas.
Durante el primer estado de alarma de 2020, el Ayuntamiento estuvo realizando llamadas telefónicas a 4.600 personas mayores de la ciudad que viven solas. De entre estas personas, hay un grupo de unas 200 que han necesitado un apoyo emocional específico. Para prestar este apoyo se creó un dispositivo, coordinado por el Servicio de Ciclos de Vida, donde se ha trabajado transversalmente con profesionales de diferentes servicios municipales: Salud, Mediación y SIAD, entre otros. Una vez comprobada la utilidad del servicio a lo largo de los meses, y vista la prolongación de la COVID-19 en el tiempo, se hizo un esfuerzo de consolidación del servicio, externalizándolo a los profesionales especializados de la UTCCB de la Universidad Autónoma.