Cuando el público llega al Teatreneu para ver el Improshow lo primero que encuentra es una papeleta en blanco. "¡Buenas tardes! Escribid lo que os pase por la cabeza y ponedla en este cubo". Así es como el espectador empieza a ser partícipe del espectáculo. Y, esta fórmula, gracias a la técnica de improvisación de los actores y actrices de Planeta Impro, ha hecho que sea el segundo espectáculo más visto en Cataluña con un total de 87.252 espectadores.
"Improvisar lo puede aprender todo el mundo. Pero hacerlo de forma profesional con todos los registros artísticos que tocamos, requiere una formación", explica Àngel Galán, el director artístico de la compañía Planeta Impro. Sus estudios en la Escuela del Teatro y la experiencia como clown han propiciado que sea uno de los actores con más trayectoria dentro de la compañía. Concretamente, 3 años después de su fundación en 2001, a cargo de José Luis Adserías, su creador.
A la izquierda, José Luis Adserías, el fundador de la compañía Planeta Impro. Y, a su lado, Àngel Galán, el actual director artístico. Función del 2016. Fotografía: Planeta Impro
Una hora antes del inicio del pase del miércoles, Aleyda Puerto prepara su voz con un nebulizador. En enero cumplirá dos años como actriz de la compañía. Sus estudios en la Coco Comín y su voluntad de ir aprendiendo a pesar de ya estar formada, la han llevado a pasar por la televisión, cine y los musicales. "No me detengo nunca", expresa mientras calienta su voz.
El arte de la improvisación
La obra funciona gracias a las frases del público. Los intérpretes las leen y, entre los tres, empiezan a construir las historias con diversos juegos. La interacción con los espectadores es vital en su espectáculo. Escucharse, mirarse y estar atento es fundamental para ir hilando un buen relato que haga reír al espectador. "El cerebro está trabajando todo el rato y aunque quieras quedarte en blanco, siempre tendrás algo que decir", explica Àngel Galán. Además, tal como expresan los actores, la técnica que perfeccionan cada semana en los entrenamientos también les ayuda a evitar el colapso a la hora de leer una papeleta.
Una de las escenas donde las frases de los asistentes toman protagonismo. Fotografía: Planeta Impro
Pero saber improvisar no es suficiente en el escenario del Teatreneu. Los miembros de Planeta Impro tienen muy claro que los espectadores vienen a reír y a desconectar de su cotidianidad. "La comedia aparece deformando la realidad y exagerándola. Cuando la descontextualizas, llega la comedia", expresa Galán.
La incertidumbre de no saber qué ha escrito el público podría jugar una mala pasada a la hora de construir la primera historia. Tal como explican Àngel y Aleyda, hay temas que procuran no incluir en el mundo del humor. Por ejemplo, la violencia de género o el sexo más burdo. Según Aleyda, sabrían darle la vuelta a alguna frase incómoda, ya que el entrenamiento les permite saberlo hacer para llevárselo todo a su terreno. A pesar de estos límites, la imaginación del público y la realización de los intérpretes siempre va más allá. "En cambio, matamos y la gente se mea de risa", añade el director artístico de la compañía.
Más allá del Teatreneu
El éxito de la compañía, que ha ido creciendo con el paso de los años, ha hecho que la improvisación rompa fronteras y salga del Teatreneu. De hecho, desde 2015, en la escuela Impro Training Center se enseña la técnica de improvisación teatral con el fin de aplicar sus beneficios a la vida diaria de las personas. "La gran mayoría de la gente que va no es ni actor ni actriz. Quieren descubrir una técnica que les sirva durante su día a día. Tiene una función social muy bestia", expresa Àngel.
Improvisar para hacer reír es el único objetivo de los miembros de la compañía teatral. El formato, que llegó en 2001, se ha ido reinventando para poder ofrecer el mejor ambiente al público. Y, aparte de las representaciones en el teatro, los miembros de Planeta Impro han llevado su arte por toda España. Y también a países como Brasil o Suiza, donde han podido improvisar en eventos privados con un ambiente más íntimo.
Sea donde sea, Aleyda y Àngel - así como los otros 9 actores y actrices de la compañía - disfrutan generando sonrisas en las caras de sus espectadores. Además de divertirse con los bailes y la música, se alejan de la realidad más cotidiana para adentrarse en un mundo ficticio creado por sus propias frases. Eso sí, con los suficientes toques de realidad para poder conectar con las historias.