Feria de Santa Lucía: más de 230 años brindando ilusión y tradición navideña

03 de enero de 2024 a las 12:14h

Aunque sea de día, pasear frente a la Catedral de Barcelona y visitar la Feria de Santa Lucía también mantiene su encanto. Los puestos - con una oferta muy amplia - abren cerca de las 10 para ofrecer a su público todos los elementos navideños. Belenes, luces, plantas y figuras. No se escapa ningún detalle para rellenar los hogares de ambiente navideño. Y, como no podría ser de otra manera, este año ya son 237 ediciones de esta Feria tan especial para la ciudad y su gente.

De entre todos los puestos, hay uno que llama especialmente la atención. 'Deulofeu' desprende historia y tradición desde 1929. Dentro se encuentra Albert, acompañado de su mujer. Él forma parte de la cuarta generación de su familia que ha continuado en la Feria de Santa Lucía. Y, gracias a su formación de aparejador, ofrece al público piezas únicas del paisaje de los belenes. "Trabajamos bien los volúmenes y hacemos belenes por encargo. Las piezas son únicas. Adaptamos las formas de los troncos que encontramos en el bosque para hacer las cuevas", explica Albert. Es así como vende piezas parecidas entre ellas pero a la vez muy diferentes.

El puesto Deulofeu lleva activo desde 1929, fundada por la bisabuela de Albert. Fuente: Associació Fira de Santa Llúcia 

Su tarea, al igual que la que iniciaron sus familiares, es completamente artesanal. Es por eso que Albert es consciente de que vivir de esto no es fácil, pero posible. "Si traes los productos de fuera y todos son iguales, lo tienes más difícil para ganarte la vida. Pero si el producto es diferente y de calidad siempre habrá un hueco y la gente lo valorará", reconoce Deulofeu.

La tradición continúa adelante

El paso del tiempo evidencia que muchas prácticas tradicionales se han quedado atrás. Sin embargo, tal y como explican los 'feriantes' de Santa Lucía, hay elementos que no se pierden nunca. "La gente joven tiene otras inquietudes que seguramente pasan por delante de hacer belenes. Pero muchos, cuando forman un núcleo familiar, vuelven a arrancar la tradición. No estoy viendo que el mundo del belén se pierda". Esta es la reflexión de Albert Deulofeu, que después de muchos años detrás del mostrador, asegura que cada año venden igual o más que el anterior.

Imagen de una de las primeras ediciones de la Feria de Santa Lucía frente a la Catedral de Barcelona Fuente: Associació Fira de Santa Llúcia

De la misma manera lo percibe Rocío Cárdenas. Monta su puesto de figuras del belén en la Avenida de la Catedral de Barcelona desde hace 11 años. "Son recuerdos desde la infancia y si lo has vivido de pequeño esto se conserva. Lo más bonito es transmitirlo de padres a hijos", explica. Es más, precisamente la ilusión de los niños y los adultos a la hora de venir a comprar es lo que la mueve a vender elementos navideños. "Esta tradición está muy viva. Lo más bonito es ver la cara de quien viene a comprarte una figura", expresa Rocío.

La Feria de Santa Lucía es mucho más que luces, árboles y belenes. El espíritu navideño, a pesar de la rapidez y la intensidad de la cotidianidad, se mantiene vivo gracias a personas como Albert o Rocío. "Es una venta bonita porque percibes la ilusión en la cara de la gente. La gente viene a comprar si tiene ganas, si no no lo harían", remarca Deulofeu. Y, un año más, ya son 237 las ediciones de esta Feria de Navidad que llena Barcelona de tradición y espíritu navideño.