La Audiencia de Barcelona ha juzgado este miércoles a un supuesto chamán africano por haber presuntamente estafado unos 370.000 euros a una mujer de quien, además, abusó sexualmente en 2019. Posteriormente, la mujer, con problemas psiquiátricos, se acabó suicidando.
El hombre ha negado los hechos, asegurando que las relaciones sexuales que habían mantenido eran consentidas, y que no le estafó dinero. En cambio, los tres hijos de la mujer y una amiga que habría sufrido la misma situación, han confirmado la versión que la víctima dio en el momento de denunciar los hechos en el juzgado. La fiscalía pide 14 años de prisión para el acusado.
Según las acusaciones y la versión que la víctima dio al juzgado antes de suicidarse, la mujer, monitora de gimnasio, era hipocondríaca y tenía depresión porque se había lesionado dos veces en el hombro y no podía trabajar. A principios de 2019 estaba en tratamiento psiquiátrico, pero una amiga le recomendó que fuera a un santero, brujo o chamán porque quizás alguien le había hecho un 'mal de ojo'. Encontró por internet el nombre de un chamán africano y fue. En la primera sesión ya le dijo que su hermana le había enviado un 'mal de ojo' y que esto le había provocado la aparición de un “bicho” en el abdomen.
Según la versión del brujo, el parásito sólo podía salir por la vagina de la mujer, y para hacerlo tenía que tener un orgasmo. Por eso, en la segunda sesión ya la hizo desnudar y estirarse en una sábana blanca en el suelo y le pidió que se masturbara. Como le costaba hacerlo sola delante de un semidesconocido, el hombre le habría metido los dedos en la vagina para que tuviera el orgasmo. Además, le dijo que dejara de tomar las pastillas para la depresión que se tomaba, que dejara de ir a psicoterapia y que no explicara el tratamiento a nadie. Este ritual se repitió entre 10 y 20 veces hasta junio.
En una ocasión, el hombre habría simulado que salía un gusano por la vagina de la mujer y se lo mostró. Pero aun así, le dijo que el tratamiento no había terminado. Según la mujer, el brujo le decía que si no lo hacía podía llegar a morir y ella estaba atemorizada y se dejó hacer los tocamientos.
Paralelamente, el hombre le pedía importantes cantidades de dinero en metálico para hacer frente a los gastos del supuesto tratamiento, como comprar utensilios para los rituales, vacas o sangre de león para los chamanes que estaban en África o viajar al continente africano para reunirse con otros chamanes más poderosos que él y que la podrían ayudar. El hombre le dijo que le devolvería el dinero, pero eso nunca pasó.
Entre el 11 de abril y finales de mayo la mujer fue a menudo a sus dos oficinas bancarias donde tenía los ahorros a sacar importantes sumas de dinero en metálico. Cuando el director de una de las oficinas le preguntó el motivo, ella inicialmente no les dijo, pero más tarde le confesó que era para pagar al chamán. El hombre la advirtió de la posible estafa.
El mismo pseudotratamiento siguió una amiga de la mujer que tenía fibromialgia. Ésta ha explicado durante el juicio que tanto ella como su amiga sufrieron abusos sexuales similares y tuvieron que entregar grandes cantidades de dinero al chamán. Éste siempre les decía que se los devolvería, pero iba dando largas y nunca cumplía su palabra. La mujer llegó a entregarle 70.000 euros, 39.000 de los cuales le había dejado su amiga y víctima principal, según ha explicado.
La primera mujer empezó a sospechar del chamán hacia junio, y fue entonces cuando el hombre quiso tener una especie de relación sentimental con la mujer para alargar el tratamiento y seguirle sacando dinero, según las acusaciones. Finalmente, a finales de verano, la relación se rompió totalmente. Pocos meses después, la mujer se intentó suicidar, ingresó en un centro psiquiátrico y en mayo de 2020 lo acabó consiguiendo.
Los tres hijos de la víctima han explicado un relato similar al de su madre. El hijo pequeño, que vivía con la mujer en el momento de los hechos, además, ha explicado que vio cómo su madre le entregaba un fajo de billetes de 50 euros al acusado, a quien ha reconocido plenamente durante la vista en la Audiencia de Barcelona.
Por su parte, el acusado ha negado que sea un chamán, sino que hacía de traductor entre el chamán de verdad y la mujer. También ha asegurado que nunca abusó sexualmente de la mujer ni la engañó para quedarse con su dinero. Sobre la relación sentimental que vivieron durante medio año, ha dicho que las relaciones sexuales siempre fueron consentidas, y que rompieron la relación poco antes de 2020. También ha asegurado que no le dijo que abandonara el tratamiento psicológico que seguía.
De hecho, la estrategia de la defensa ha sido intentar convencer al tribunal de que el acusado no era el chamán que trató a la víctima, sino un simple intermediario. A pesar de ello, el hijo pequeño, que lo vio en persona más de una vez, lo ha identificado plenamente, los dos hijos mayores también lo han reconocido porque lo habían visto en fotografías, el banquero lo ha identificado con casi total certeza y la otra víctima, después de unos momentos de duda, también lo ha reconocido.
Por todo ello la fiscalía le pide 9 años de prisión por abuso sexual continuado con penetración y cinco más y una multa de 2.880 euros por estafa continuada, además de indemnizar a los tres hijos con 25.000 euros por los daños morales y 362.400 euros por el dinero estafado.
