Como es habitual en los meses de verano, el Zoo de Barcelona, tiene en marcha una serie de medidas extraordinarias para paliar los efectos de las altas temperaturas en los animales. Estos cuidados complementan la atención diaria que reciben las diferentes especies por parte de las cuidadoras y cuidadores y se enmarcan en la voluntad del Zoo de velar en todo momento por el bienestar y la salud animal.
Hay que tener presente que, por su ubicación y abundante vegetación, el Zoo de Barcelona registra temperaturas medias de unos tres grados por debajo que el resto de la ciudad. Tanto es así, que el Parque de la Ciutadella, donde se encuentra el Zoo, forma parte de la Red de Refugios Climáticos del Ayuntamiento de Barcelona. Aquellos espacios que, desde 2019 y siempre que se produce una ola de calor, proporcionan confort térmico a la población más vulnerable mientras mantienen sus usos y funcionalidades. A pesar de esta diferencia térmica, cuando las temperaturas se elevan, en el Zoo de Barcelona se activa un protocolo con una serie de medidas para que determinadas especies afronten, de la mejor manera, el calor. Agua fresca y helados hechos a medida En momentos de picos de calor, el equipo de cuidadoras y cuidadores renueva con más frecuencia el agua de los bebederos para que esté fresca y, si es necesario, ponen más bebederos a disposición de los animales. Asimismo, intensifican la limpieza y renovación del agua de las zonas de baño que tienen algunas especies en sus instalaciones. Y hacen lo equivalente con los fangos, que juegan un papel importante en la regulación térmica de animales como los facóqueros y las elefantas. Sólo en casos excepcionales, como la pareja de pandas rojos, se activan aspersores de agua para refrescar el espacio que las acoge. Y lo mismo se hace en las instalaciones de las elefantas, el bisonte, el búfalo enano y el ciervo del padre David. En todos estos casos, con el uso de mangueras.

A nivel general, cuando las temperaturas son altas, se garantiza que los animales puedan acceder, siempre que lo deseen, a los cobertizos o las zonas interiores de sus instalaciones, manteniendo las compuertas abiertas en todo momento. La alimentación es otro elemento que las cuidadoras y cuidadores del Zoo de Barcelona tienen muy en cuenta durante los meses de más calor. Aparte de cuidar de la correcta hidratación de los animales, preparan helados adaptados a la dieta de cada especie. Son helados hechos a base de hielo y que incorporan pescado, marisco, fruta, verdura, zumos o caldo. A los osos y a los primates, por ejemplo, les ofrecen fruta congelada y helados de caldo o de zumo de fruta; a las jirafas, bloques de hielo con fruta; y a las mangostas y las suricatas, granizado de gusanos.