El Juzgado de Primera Instancia núm. 5 de Barcelona ha condenado al youtuber conocido como Dalas Review por vulnerar el derecho al honor y a la propia imagen del padre de su expareja, Miare.
El youtuber deberá pagar 12.000 euros y borrará hasta nueve vídeos de la plataforma, en los que insulta reiteradamente al padre y, a veces, a la madre de su expareja. Además, está obligado a publicar un vídeo semanal durante un mes en el que aparezca él leyendo la sentencia para sus 10 millones de seguidores. Estos vídeos deberán ser visibles, públicos y estar activos y en línea durante, al menos, seis meses.
La sentencia del juzgado de Barcelona declara que los insultos que dijo al padre de su expareja eran "innecesarios". Entre estos insultos, el joven llegó a decir "maltratador, cobarde de mierda, enfermo de la cabeza y agresor de mierda" al padre de Miare. A su madre también la afectó, de rebote, al nombrar a los dos progenitores como "estafadores, delincuentes, falsificadores, mentirosos y agresores", entre otros insultos.
El magistrado pone especial énfasis en la palabra "maltratador", ya que considera que es un calificativo especialmente despectivo por el contexto "en el siglo XXI, y con el esfuerzo que hacen las administraciones públicas en materia de violencia contra la mujer".
Por estos insultos, Dalas Review deberá pagar a la familia 6.000 euros, que se suman a 6.000 euros más por publicar una imagen del padre de la chica en sus vídeos con la intención "de aumentar su desprestigio".
El tribunal se muestra muy duro con el Youtuber y dice que "es difícilmente comprensible que nadie con una inteligencia media pueda pensar que, con la excusa de la libertad de expresión, se pueda manifestar toda esta serie de insultos reconocidos como tal por la RAE, para libremente manifestarlos en las redes sociales, sin que el receptor no se sienta agredido y el sistema reaccione".
Dalas Review no ha querido hacer declaraciones durante el proceso, pero su expareja, Miare, ha señalado que "desde hace años, mi ex ha comenzado una campaña difamatoria en contra mía y de mi familia. Tanto él como otros youtubers de su círculo han hecho negocio usándonos como objeto de escarnio e insulto para divertimento de sus seguidores".
El abogado del demandante, David Bravo, ha señalado que se trata de una sentencia pionera en España porque "es la primera vez que se obliga a un youtuber a publicar un vídeo semanal en su canal principal, con 10 millones de seguidores, durante un mes".