El trabajador de un gimnasio de Sant Cugat del Vallès juzgado por violar a una clienta menor de edad en la primavera de 2021 ha asegurado este miércoles en la Audiencia de Barcelona que no sabía que la chica tenía menos de 18 años y que las relaciones sexuales fueron consentidas, e incluso reclamadas por la denunciante.
El joven, que está en prisión preventiva desde entonces, se enfrenta a 18 años de prisión por presuntamente haber hecho tocamientos y penetrar vaginalmente a la menor en los vestuarios del establecimiento cuando estaban vacíos sabiendo la edad y contra la voluntad de la chica, que ha declarado a puerta cerrada. El entorno del acusado ve imposible que violara a una chica, mientras que la hermana y una amiga de la denunciante creen la versión de la víctima.
El acusado ha explicado que conoció a la chica, de 15 años, en marzo de 2021 y que no sabía su edad. Un sábado de marzo la chica le habría pedido que entraran ambos en el vestuario, que estaba vacío. Allí, la chica se desnudó y se estiró en un banco, donde el acusado ha admitido que le hizo masajes por todo el cuerpo, principalmente pecho, piernas y espalda y después él le habría practicado sexo oral.
Días más tarde, más allá de las 2 del mediodía del domingo 11 de abril, tuvieron lugar los hechos más graves, según la denunciante. Según el acusado, la chica llegó cuando ya estaban a punto de cerrar el establecimiento. Él le dijo que ya no podía entrar, pero la chica insistió para hablar con él y estaba nerviosa, según ha relatado el joven. Ha dicho que la chica quería estar con él y se insinuaba para mantener relaciones sexuales. A pesar de una inicial resistencia del chico, la chica insistió en ducharse juntos.
El trabajador del gimnasio ha relatado que él entró en la ducha del vestuario masculino y después lo hizo ella, insistiendo en mantener relaciones sexuales. Fue entonces cuando la chica le habría practicado una felación al chico, ha dicho, y ha negado que le obligara a hacer nada ni que la penetrara vaginalmente. Además, ha dicho que fue después de la ducha que la chica le dijo que era menor.
En cambio, según la denuncia, la chica estaba entrenando en las máquinas de ejercicios y cuando fue a ducharse el acusado la abordó por detrás, le quitó violentamente la toalla que llevaba y la empujó hacia la ducha. Allí la habría penetrado vaginalmente en contra de la voluntad de la chica, que lloraba y sangraba por la zona vaginal. Más tarde lo hizo una segunda vez, dice el escrito de fiscalía.
El acusado ha asegurado que no sospechaba que la chica fuera menor de edad y que tampoco podía consultar las fichas de los usuarios.
La hermana de la víctima ha explicado que aquel 11 de abril ella y su padre salieron con coche a buscar a la chica porque tardaba mucho en volver a casa y no respondía al teléfono móvil. La encontraron en la calle cerca del gimnasio y parecía ausente. La regañaron por no avisar de que llegaría tarde y al día siguiente la chica explicó los hechos a la familia.
Una amiga de la chica ha explicado que la víctima le relató que el acusado la miraba mucho y le daba cierto miedo. Ella le recomendó que no volviera al gimnasio, pero la víctima no le hizo caso. También le explicó que aquel domingo de abril el acusado echaba a todos los clientes menos a ella, y que le estaba mirando los pechos. Después se habría producido la violación en el vestuario. En los siguientes días la chica no fue a la escuela, ha relatado, y sufrió secuelas psicológicas considerables.
Por todo ello, le acusa de dos delitos de agresión sexual, una de las cuales con penetración, y le pide 18 años de prisión, 20 años de libertad vigilada y de prohibición de comunicación o aproximación a la víctima y 20 años de inhabilitación para trabajar con menores de edad. También propone que cuando haya cumplido dos tercios de la pena o quede en semilibertad sea expulsado del estado español durante diez años. Por último, le pide 10.000 euros de indemnización para la víctima por daños morales. El joven ya ha pagado 5.000 euros.
Por parte de la defensa han declarado un trabajador del gimnasio, un amigo del acusado, una prima y dos miembros de Cáritas de Cerdanyola del Vallès, donde el joven hacía de voluntario. Todos han dicho que se trata de un buen chico, incluso "inocente", "infantil" y "con poca picardía", incapaz de hacer daño a nadie. Sobre las dos relaciones con chicas que había tenido, nunca había tenido problemas ni actos violentos.
Algunos desconocían la relación con la usuaria del gimnasio. El amigo del acusado ha dicho que sí que le había explicado que una clienta le iba detrás. El trabajador, que el 11 de abril estaba en el gimnasio, ha explicado que los había visto dos veces charlar y pasear juntos, riendo como si fueran amigos. En todo caso, ha dicho que el gimnasio está muy mal insonorizado y que si la chica hubiera gritado en el vestuario él lo habría oído.
El juicio terminará este jueves con la declaración de varios peritos y los informes finales.
