Este jueves las universidades catalanas, cuando aún no han transcurrido más de tres semanas de clase, cerrarán las aulas hasta finales de mes para evitar la expansión del coronavirus. La medida impulsada por la Conselleria de Salud en el marco del Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC) no ha gustado nada al alumnado de las diferentes universidades catalanas que consideran que la decisión se ha tomado sin consultar a los estudiantes representados en los órganos de gobierno de las universidades.
Aunque desde el colectivo de estudiantes de la UB, Fem-la Pública, afirman que hay que tomar medidas para evitar los contagios, señalan que las facultades son seguras y ya estaban en un régimen de semipresencialidad -sólo un tercio de los estudiantes iban a clase- que ayudaba a la contención de la COVID-19.
En este sentido, también otros colectivos como la Asociación de Estudiantes Progresistas (AEP) o el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC) han expresado su malestar por la decisión de la Conselleria. "La medida representa la vulneración del derecho a la educación", ha explicado el sindicato. Para Fem-la Pública, "una universidad que no es presencial pierde todo el significado de una universidad".
Con todo, la medida, según ha informado la Conselleria, además de evitar los contagios entre estudiantes universitarios, se ha tomado para evitar aglomeraciones en los transportes públicos. Ante esto, Fem-la Pública considera que se trata de una afirmación con poco sentido. "Si quieres evitar aglomeraciones en el metro, deberías poner más transporte público", dice la organización para añadir que, "como en otros casos se ha elegido la medida que no implica un gasto por parte de la Generalitat".
Asimismo, todas las organizaciones alegan que en la toma de decisión del cierre presencial de las universidades, ha habido mucha opacidad por parte de los órganos de gobierno de las universidades que han tomado la medida de forma unilateral y sin consultarlo con el alumnado.
