Un juzgado penal de Barcelona ha condenado a prisión a dos médicos de la Clínica Sagrada Familia que provocaron secuelas permanentes a una paciente al olvidarse una toalla en el interior de su cuerpo. Los hechos tuvieron lugar hace trece años, cuando a la paciente le detectaron un tumor benigno en el útero que requirió una intervención quirúrgica. El problema llegó cuando los dos médicos olvidaron en el abdomen de la mujer una toalla, la cual le provocó una tumoración pseudoquística inflamatoria intestinal que desencadenó una nueva operación tan solo un año después.
Tal como ha recogido el Diari de Girona, los dos sanitarios reconocieron los hechos ante el juez y este les impuso a Pedro Antonio V. R. nueve meses de prisión e inhabilitación para ejercer su profesión durante un año menos un día, y para el segundo médico, Santiago U. R. M., seis meses de prisión e inhabilitación durante nueve meses. Por otro lado, la fiscalía reclamaba dos años de prisión y la acusación particular tres años de prisión, pero después de un acuerdo entre todas las partes aceptaron la rebaja condenatoria.
La indemnización podría superar el millón de euros
A pesar de la condena, los médicos no entrarán en prisión con la condición de no delinquir durante tres años y de que se abone la indemnización que conocerán estas próximas semanas. En principio, la compañía de seguros se hará cargo del pago, el cual podría ascender a más de un millón de euros. Por otro lado, en el caso de que la indemnización sea más alta, la Clínica Sagrada Familia será la responsable civil subsidiaria y en estos momentos ya se han depositado en el juzgado 248.000 euros.
Por desgracia, la paciente se ha llevado la peor parte por culpa de la imprudencia de los médicos que se olvidaron la toalla de 40 por 28 centímetros. La mujer sufre trastornos digestivos graves con diarreas frecuentes, aerofagia y descontrol severo del esfínter anal, lo que le ha provocado cambios sustanciales en su día a día, obligándola a "una reclusión domiciliaria". Además, la víctima sufrió un síndrome depresivo "muy grave", por lo que continúa requiriendo tratamiento psiquiátrico y psicoterapéutico para aprender a gestionar la situación que le ha generado la operación fatídica del pasado 31 de enero de 2013.
