La Audiencia de Barcelona ha condenado a un mosso a seis meses de prisión, dos años de inhabilitación y a pagar una indemnización de 2.090 euros por abofetear a un manifestante del 1 de Mayo de 2012. El agente antidisturbios, perteneciente a la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra, ha sido considerado culpable de un delito contra la integridad moral y de una falta de maltrato sin causar lesión, pero ha sido absuelto de la acusación de detención ilegal tal y como reclamaba la defensa del manifestante agredido, David G. Los hechos pasaron alrededor de las cinco de la tarde entre la plaza Goya y la Ronda de Sant Antoni, durante la manifestación alternativa del 1 de Mayo de 2012, Día del Trabajador. David G. fue detenido junto con tres amigos por un cordón policial para ser identificados. Ante la pregunta del por qué de la identificación, el mosso acusado cogió "con violencia" a David G. y le plantó una bofetada en la cara que le hizo caer las gafas.
Según la sentencia de la Audiencia de Barcelona, el manifestante agredido en ningún caso "había mostrado ninguna actitud agresiva ni violenta hacia los agentes". La agresión continuó ya que el agente antidisturbios cogió a Guardia por el cuello y lo llevó a empujones detrás de uno de los furgones policiales. Allí, y delante de cuatro agentes más, volvió a dar una fuerte bofetada al manifestante, que finalmente fue identificado y pudo marcharse. La situación, según el escrito, duró "unos dos minutos". Este último fragmento de la agresión quedó grabado en un vídeo que trascendió a los medios de comunicación. David G. no sufrió lesiones físicas como consecuencia de la acción pero sí que sus gafas se rompieron al caer al suelo después de la primera bofetada. Por eso, la sentencia condena al mosso a pagar 90 euros por los "daños materiales" y 2.000 más por los "daños morales".
