Los Mossos d'Esquadra han desarticulado dos grupos organizados, que actuaban de manera independiente, acusados de estafar a 340 personas de edad avanzada haciéndose pasar por revisores del gas. Las víctimas solían tener 85 años, a quienes sustraían unos 250 euros de media, y los presuntos estafadores las amenazaban con cortar el suministro si no accedían a realizar la revisión. Para cometer las estafas, hacían una primera llamada para detectar una víctima que pudiera caer en el engaño y se hacían pasar por organismos oficiales de las administraciones del territorio donde actuaban. Tras una investigación de 10 meses, se han detenido a seis personas y se han realizado dos registros en Barcelona y uno en Alameda de la Sagra (Toledo), donde se contó con la colaboración de la Guardia Civil. Además, se han recuperado 43.000 euros, ordenadores, herramientas para hacer las simulaciones y listados de víctimas.
Aparte de la estafa, los detenidos también distraían a sus víctimas mientras simulaban la reparación y así sustraían varios objetos. Concretamente, mientras hacían la falsa revisión, instalación o reparación y una vez dentro del domicilio, los detenidos volvían a llamar a las víctimas fingiendo hacer una grabación de voz para distraerlas al teléfono y conseguir que el falso operario pudiera moverse por las estancias de la casa en busca de objetos de valor. En caso de no lograrlo y ante la desconfianza de alguna de las víctimas, los falsos operarios acababan amenazándolas con cortarles el suministro, de manera que los ancianos accedían a pagar por miedo a quedarse sin calefacción o gas para cocinar. La investigación se inició a raíz de la denuncia de un hombre de 94 años, vecino de Nou Barris, que explicó que dos falsos operarios del gas entraron en su domicilio y una vez dentro lo distrajeron y le robaron dos ordenadores portátiles. Los agentes identificaron a los autores de estos hechos y se les pudo relacionar con otras personas que habrían orquestado un sistema para realizar masivamente este tipo de estafas por todo el territorio español. Por este motivo, el Juzgado de instrucción número 33 de Barcelona dirigió la investigación con el objetivo de aclarar estos hechos e identificar a los responsables, momento en el que se concluyó que había dos grupos que actuaban de manera independiente. Los dos grupos coexistían en Barcelona, pero uno de ellos -bajo las directrices de su responsable en una pequeña población de Toledo- actuaba en más poblaciones de todo el territorio español como Madrid, Guadalajara, Valladolid, Santander, Cáceres, Pontevedra, La Coruña y Valencia. Además, actuaba con argumentos diferentes según el lugar donde operaban. Por ejemplo, en Cataluña fingían la instalación de un sensor de humos, aprovechando una campaña institucional reciente que proponía instalar estos aparatos en domicilios de personas mayores en riesgo de pobreza energética para prevenir incendios que pudieran originarse por el deterioro de aparatos de calefacción. Por otro lado, los Mossos d'Esquadra también se dieron cuenta de que una parte de las personas afectadas no estaba denunciando los hechos porque las víctimas tenían la duda de si habían sido estafadas o por vergüenza a explicar lo sucedido. Los detenidos son de nacionalidad española, con edades comprendidas entre 28 y 36 años, y han sido arrestados en Barcelona, Alameda de la Sagra (Toledo) y Zafra (Badajoz). De los seis detenidos, dos han ingresado en prisión preventiva y el resto ha quedado en libertad con cargos con la obligación de presentarse periódicamente ante el juzgado. La operación sigue abierta y no se descartan más detenciones.
Los detenidos ya se habían hecho pasar antes por revisores del gas y estaban pendientes de juicio Los seis detenidos ya estaban pendientes de juicio por hurto y estafa por otro caso. Hace poco más de un año habían sido detenidos, entre otras personas, por hacerse pasar por falsos revisores de gas a través de una empresa que la Unidad de Investigación de las Corts de los Mossos desarticuló en enero de 2016. Al quedar en libertad, se disgregaron y continuaron delinquiendo.
Nombres que ya no se utilizan para encontrar víctimas Los estafadores buscaban en una aplicación informática que contiene un listado telefónico "nombres peculiares" que ya no se utilizan para encontrar posibles víctimas. "Hoy en día, hay muy pocas niñas que se llamen Angustias. Buscaban a alguien con ese nombre, porque seguramente es una persona mayor", ha puesto como ejemplo el sotsinspector de la Área de Investigación Criminal de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d'Esquadra, el sotsinspector Josep Antoni López, en una rueda de prensa este martes para explicar los detalles de la investigación de estos grupos criminales que se "dedicaban a estafar en serie". Además, con datos que habían obtenido en la anterior empresa, encontraron a algunas de las víctimas.
Víctimas vulnerables y la valentía de denunciar de un "héroe" El jefe de la comisaría de Nou Barris, el inspector Joan Coll, ha explicado que los detenidos elegían de forma "muy premeditada" a las víctimas para encontrar personas "vulnerables" y en una situación de "indefensión". Muchas vivían solas; tenían una situación económica precaria; problemas de movilidad, de vista o enfermedades como el Alzheimer. Buscaban este perfil de víctimas por las dificultades de reconocimiento de la estafa; de reacción o por los problemas que tendrían para afrontar un juicio oral. Los responsables policiales también han destacado el "miedo" y la "vergüenza" que muchas veces sienten estas personas al ser víctimas de una estafa. Coll ha destacado precisamente la "valentía" del vecino de 94 años de Nou Barris que decidió poner la primera denuncia y que ha permitido "hacer aflorar más de 300" y acabar desarticulando estos grupos criminales. El inspector ha lamentado que este "pequeño héroe" falleciera durante la investigación. A partir de esta primera denuncia, y con la colaboración del juzgado número 33 de Barcelona, los Mossos comenzaron la investigación. El 21 de febrero realizaron una primera operación contra el grupo de Barcelona y en el registro de un domicilio, encontraron unas 250 facturas previas al inicio de la investigación. "Allí nos dimos cuenta de que el alcance de la estafa era mucho mayor de lo que pensábamos", ha recordado López. El 21 de marzo, culminaron la investigación con la segunda explotación. Los dos detenidos que han ingresado en prisión provisional son los del grupo de Barcelona. Coll ha subrayado el "impacto emocional" que ha tenido este caso en los investigadores: "También tenemos padres y abuelos". "Son malvados", ha enfatizado López. En total, los Mossos calculan que lograron estafar más de 80.000 euros.