La reivindicación de los derechos de las personas mayores, la sensibilización y la formación a profesionales y a la ciudadanía en torno a los estereotipos y las discriminaciones; repensar las ciudades y los pueblos desde el urbanismo a los cuidados y fomentar la intergeneracionalidad y la participación significativa, son algunas de las estrategias para abordar la discriminación por edad que se han presentado en el I Congreso de Edadismo, impulsado por la Diputación de Barcelona y que se ha celebrado en dos jornadas, el 14 de octubre y el 7 de noviembre, en el Paranimfo del organismo provincial.
Así, este primer congreso ha destacado la necesidad de que las políticas sociales se adapten a un ciclo de vida, teniendo en cuenta que las transiciones vitales son hoy más flexibles y la diversidad social, de intereses, necesidades o proyectos de vida es cada vez mayor entre las personas mayores, un grupo que agrupa generaciones muy diferentes.
La necesidad de las relaciones significativas y de tener un propósito de vida y apoyos para envejecer bien; la interseccionalidad del edadismo con otras discriminaciones como el machismo o el racismo, o el impacto negativo de la discriminación por edad sobre la salud, el bienestar, la calidad de vida o la participación social, han sido temas centrales de debate dentro de un congreso que ha incluido mesas redondas, conferencias, talleres y espacios de intercambio de experiencias que han contado con la experiencia de 35 personas ponentes.
Experiencias como la mentoría de personas mayores a jóvenes que estudien en las universidades; los programas intergeneracionales, las cohabitaciones; los glosarios sobre edadismo o guías de comunicación; el abordaje del edadismo desde el arte, la cultura y la participación y los entornos laborales; la formación para profesionales y la sensibilización ciudadana han sido algunas de las experiencias compartidas desde el congreso por parte de los entes locales y entidades sociales.
Según el diputado de Ciclo de Vida y Comunidad de la Diputación de Barcelona, Javier Silva, el congreso ha servido para tener claro que “el edadismo se puede vencer con políticas, con nuevas miradas, con nuevas acciones, y debemos abordarlo desde todas las administraciones, desde los ayuntamientos, las entidades, la ciudadanía organizada y todos nosotros en el ámbito personal, político y profesional”.
Más de 500 personas han participado en las dos jornadas
Con la participación de más de medio millar de personas entre las dos jornadas, y bajo el lema ‘Hacia unos municipios no edadistas’, el congreso, el primero de estas características que se ha realizado en el Estado, ha tenido por objetivo promover una mirada diversa y enriquecedora de los procesos de envejecimiento y poner en la agenda política y social la lucha contra el edadismo, una forma de discriminación estructural profundamente arraigada que afecta especialmente a las personas mayores.
La primera jornada, celebrada el pasado 14 de octubre, profundizó en los impactos del edadismo y se exploraron estrategias y recursos, tanto sociales como institucionales, para combatirlo, mientras que la segunda jornada, celebrada este 7 de noviembre, se ha centrado en mostrar experiencias y propuestas locales, con la aportación, además, de la visión de las administraciones en su abordaje.
La organización del congreso ha corrido a cargo de un consejo asesor formado por 13 profesionales de entes locales, representantes de entidades sociales y de personas mayores, y personas expertas del ámbito académico, que han ayudado a diseñar el programa de estas dos jornadas.
Por otro lado, la ilustradora Raquel Gu, ha sido la encargada de la relatoría gráfica del congreso y de la nueva exposición ‘Edatismo cero hacia las personas mayores’, que se ha podido ver durante la celebración del congreso y que pronto iniciará la itinerancia por la provincia.
La exposición invita a reflexionar sobre los estereotipos y prejuicios asociados a la edad, denuncia las conductas edadistas que a menudo pasan desapercibidas y reivindica una mirada más inclusiva y respetuosa hacia las personas mayores.
Fondos de prestación y nueva herramienta para orientar los municipios de la provincia
Más allá de esta iniciativa, la Diputación de Barcelona aprobó el pasado mes de abril una línea de financiación de 1,5 millones de euros que se destinará, en forma de programa específico piloto y con modalidad de fondo de prestación, a los municipios de la provincia de más de 2.500 habitantes (un total de 178) y a los Consejos Comarcales, para impulsar políticas para luchar contra el edadismo.
Por otro lado, el ente provincial pone a disposición de los municipios el ‘Marco conceptual y estratégico para el abordaje del edadismo hacia las personas mayores’, una herramienta que define las bases para reconocer, visibilizar y actuar contra esta forma de discriminación por motivo de edad en el entorno local.
Se trata de un recurso que quiere orientar la planificación y la intervención municipal, promoviendo el respeto a los derechos, la autonomía y la dignidad de las personas mayores.
La Diputación de Barcelona pondrá en marcha también, en diciembre, una campaña de sensibilización específica centrada en la discriminación por edad y creará un grupo de innovación para abordar, de la mano del mundo local, esta problemática.
El edadismo: una forma de discriminación estructural
El edadismo constituye una de las discriminaciones más estructurales, normalizadas e invisibilizadas que afecta a diferentes grupos de edad, pero de forma muy especial a las personas mayores.
El Informe mundial sobre la edad de la OMS (2021) lo define como los estereotipos, los prejuicios y las discriminaciones contra otras personas o autoinfligidos por razones de edad. Según este organismo, el edadismo tiene tres dimensiones: estereotipos (pensamientos), prejuicios (sentimientos) y discriminación (acciones o comportamientos); y se manifiesta en tres niveles: institucional, interpersonal y autoinfligido, de forma explícita o consciente o implícita.
Además, se entrecruza también con otros ejes de desigualdad y da lugar a discriminaciones más complejas si se tiene en cuenta el género, el origen, la clase social o si se sufre una discapacidad.
El edadismo se traduce en una vulneración de derechos y generalmente se expresa en forma de infantilización, despersonalización, exclusión y deshumanización de las personas mayores, lo que tiene consecuencias en forma de aislamiento social y soledad no deseada; malestar emocional y empeoramiento de las condiciones de salud; limitación de oportunidades vitales y de desarrollar proyectos de vida e, incluso, maltratos.
El informe de la OMS destaca que en el mundo, 1 de cada 2 personas es edadista hacia las personas mayores y que 1 de cada 3 personas mayores se considera víctima de actitudes edadistas.
En España, según datos del CIS (enero 2025), a **un 45,6% de personas mayores de 65 años en España se les ha dirigido al menos alguna vez en términos infantilizadores** como “niño/a”, un 54% ha sentido sensaciones de impaciencia o disgusto cuando realizaban gestiones y no las entendían bien, un 19,1% no se ha apuntado al menos una vez a hacer alguna actividad por miedo a lo que puedan pensar por el hecho de ser mayor y cerca de un 30% ha recibido comentarios que le hacen sentir más viejo de lo que realmente es.
En la provincia de Barcelona, más de 1,1 millones de personas tienen 65 años o más.
