La Comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad del Ayuntamiento aprobó ayer por la tarde una proposición de Junts, de la mano con el gobierno de Collboni, para modificar el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT). Esta iniciativa abriría la puerta a regular las casas compartidas y acabar con la prohibición de abrir nuevos hoteles en el centro de la ciudad. La medida se ha aprobado con los votos a favor de PP y VOX, y la abstención del PSC. Esquerra y BComú se han posicionado en contra de esta iniciativa. Hace unas semanas, ya se produjo un acercamiento entre Trias y Collboni respecto a la modificación de la ordenanza de las terrazas.
La modificación del PEUAT comportaría una directriz contraria a la que se tomó durante el anterior mandato. El gobierno de Colau aprobó reservar un 30% para vivienda social y se centró en impedir nuevas aperturas en las zonas que ya se consideran saturadas, que es toda la parte central de Barcelona. Esta iniciativa se encontró con la negativa del Gremio de Hoteleros de Barcelona, que presentó un contencioso administrativo en contra de la medida, y que ahora encontraría esperanza si sale adelante la modificación del documento.
“Modificando el PEUAT conseguiríamos que fuera una fuente de beneficio y no de pérdida de oportunidades ni de restricción económica sin retorno". Estas fueron las palabras del concejal de Trias x BCN Damià Calvet. Junts dejó clara su postura, argumentando que con el cambio del actual documento, "se pasaría de la restricción a la gestión, y de la prohibición a la ordenación en beneficio de la ciudad y su gente".
Este acuerdo, facilitado por la abstención del grupo socialista, contempla la apertura de nuevos hoteles siempre y cuando sean "proyectos singulares que tengan valor añadido para la ciudad, pero que no contribuyan a aumentar la masificación". La teniente de alcaldía Laia Bonet se encargó de ilustrar algunas cifras en referencia a la gestión de pisos turísticos de forma ilegal: más de 22.000 expedientes disciplinarios y 9.000 pisos turísticos ilegales cerrados.
"Continuaremos defendiendo el PEUAT y cualquier instrumento que nos permita garantizar que las viviendas son lugares para vivir. Queremos ver la afectación real en Barcelona sobre los pisos turísticos y agradecemos a Junts la reflexión de no aplicar el nuevo documento en tres meses", señaló Bonet.
Los Comunes se muestran decepcionados
Tanto ERC como BComú se mostraron en contra de la iniciativa. De hecho, la concejala de los comunes, Lucía Martín, manifestó su sorpresa especialmente con el grupo socialista, ya que estuvieron en el anterior mandato a la hora de limitar la creación de nuevos hoteles y poder evitar así la masificación turística. "En Barcelona hay un consenso cada vez más amplio sobre la necesidad de poner límites a la masificación turística y su impacto sobre la vida en nuestra ciudad", expresó.
Según los comunes, "esta proposición responde al ADN de la derecha, más turismo en la ciudad, más minihoteles en forma de habitaciones y, en definitiva, un modelo que ya combatimos cuando estuvimos en el gobierno aprobando el PEUAT para poner orden a la barra libre de pisos turísticos que nos dejó Trias”.