El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se ha estrenado como alcalde en la tradicional misa de la Mercè y en el séquito de autoridades hasta el consistorio. La ceremonia solemne en la basílica de la Mercè y el recorrido por las calles Ample, del Regomir y Ciutat ha contado con la presencia de los líderes municipales Xavier Trias (TriasxBCN), Ernest Maragall (ERC) y Gonzalo de Oro (Vox), pero la ausencia de Ada Colau (Barcelona en Comú) y Daniel Sirera (PP), este último por su asistencia en Madrid en la manifestación contra la amnistía. El arzobispo de Barcelona, el cardenal Joan Josep Omella, ha sido el encargado de presidir la homilía y ha hecho un llamamiento a los políticos "a trabajar por el bien común" antes que por el "bien personal, de grupo o de partido".
"¿Por qué tenemos que estar enfrentados? ¿Por qué no trabajamos todos por el bien común y no por el bien personal o del grupo, partido o estamento al que pertenecemos?", ha cuestionado en voz alta Omella. "¿Por qué vemos a veces a los pobres o inmigrantes como rivales que vienen a desestabilizarnos y alterar la paz?", ha continuado el arzobispo de Barcelona, que al acabar la ceremonia ha salido a la plaza de la Mercè para saludar a los fieles y bendecir a algún asistente. A continuación, los representantes de la corporación municipal –que este año han recuperado la banda roja- han empezado la caminata de unos 600 metros entre la Mercè y el Ayuntamiento de Barcelona, acompañados por los músicos de la banda municipal.
Collboni ha estado flanqueado por Xavier Trias y Ernest Maragall, y también ha estado acompañado de los cuatro tenientes de alcaldía: Laia Bonet, Maria Eugènia Gay, Albert Batlle y Jordi Valls. Una vez en el Ayuntamiento de Barcelona, el alcalde y los concejales han seguido desde el balcón la mañana de fiesta mayor y la jornada castellera de las colles locales. Los Castellers de Barcelona, los de Sants, los de la Vila de Gràcia, los de Poble-sec, los de la Sagrada Família, los de la Jove de Barcelona, los de Sarrià y los de la Colla Castellera de l'Esquerra de l’Eixample han llevado a la plaza de Sant Jaume sus construcciones de seis, siete y ocho pisos.