Cataluña terminará abril con temperaturas disparadas propias de junio

24 de abril de 2023 a las 18:52h

Cataluña y toda la península Ibérica sufrirán un final de abril con mucho más calor de lo que tocaría para esta época del año. Aún quedan días, pero según los modelos, en Cataluña podrían vivirse temperaturas más de 10 grados por encima de lo habitual, mientras que esta diferencia en el sur de España puede llegar a los 20 grados.

 

En nuestra casa, lo peor llegará entre el jueves y el sábado, cuando se espera que las temperaturas toquen techo, especialmente en las comarcas interiores. En la costa, el viento de componente marítimo mantendrá las temperaturas a raya. Pero en el interior, en algunas zonas del llano de Lleida se pueden rozar los 34 °C.

 

En el resto de Cataluña, aunque las temperaturas no se elevarán tanto, los termómetros también marcarán cifras poco habituales para la época. Así, se espera que en las comarcas del interior de Girona se llegue cómodamente a los 27-28 °C. En el interior de la Cataluña Central y las comarcas de Barcelona, como Manresa o las capitales del Vallès, también se podría llegar a esta temperatura.

 

La costa, en cambio, vivirá una semana con temperaturas agradables, incluso un poco calurosas, pero más contenidas a causa del efecto del viento de componente marítimo. Así, se espera que en Barcelona, Tarragona o la Costa Brava las temperaturas rocen los 24 o 25 °C.

 

En el sur de España, en cambio, el calor será aún mayor. En zonas de Andalucía, como Córdoba o Sevilla, se esperan temperaturas que rozarán los 39 o 40 °C, temperaturas que nunca se habían alcanzado en un mes de abril.

Semana seca en Cataluña

Más allá de las temperaturas, el principal problema meteorológico de Cataluña sigue siendo la sequía, y es que el mes terminará sin lluvias. Se espera una semana muy seca en todas partes, excepto en zonas del Pirineo y Prepirineo oriental y quizás en la Vall d'Aran, donde podría caer algún chubasco de poca intensidad.

 

Todas las miradas están puestas ahora en el mes de mayo, y es que si la lluvia no hace acto de presencia, los temporales que la tierra necesita ya no llegarán, como mínimo, hasta el otoño.