El Ayuntamiento de Barcelona rehabilitará el Turó Park con una inversión de más de 800.000 euros y prevé iniciar las obras en el último trimestre del año. El parque incorporará mejoras propuestas por los vecinos y por los comerciantes y pondrá en valor el patrimonio natural y escultórico de la obra de Rubió i Tudurí, que lo convirtió en espacio verde para la ciudad en 1934, después de haber funcionado como parque de atracciones. Un grupo de vecinos, sin embargo, ha boicoteado la presentación de la inversión por parte del Ayuntamiento quejándose de que no podrán entrar con sus perros, al menos mientras duren las obras. El consistorio no ha aclarado si después podrán hacerlo, pero recuerda que este es un jardín histórico, como La Tamarita o el Roserar del parque Cervantes, donde tampoco pueden acceder animales.
El Ayuntamiento también recuerda que la ordenanza de civismo obliga a llevar al perro siempre atado y apunta que se habilitará un área de pipi-can de 1.100 metros cuadrados a 200 metros del parque. Las mismas fuentes han apuntado que se han reunido varias veces con vecinos y comerciantes para acordar las mejoras que se harían en el parque. De hecho, buena parte de la reforma tiene que ver con el desgaste de las zonas de césped precisamente por la presencia continuada de perros. Además del lago, se renovará tanto la pradera como los arbustos y los árboles, y se introducirán mejoras en el riego y en la red freática. También se reformarán los juegos infantiles, el mobiliario urbano y se consolidarán los caminos de sauló. Las obras durarán unos siete meses.