Bares y restaurantes expresan su malestar contra el cierre de la Generalitat

16 de octubre de 2020 a las 14:40h

Con el primer día de bares y restaurantes cerrados, miles de trabajadores del sector de la restauración han decidido hacer sentir su desacuerdo con la medida frente al Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona a las 12 del mediodía.

No solo eso, en la concentración se palpaba la desesperación de unos negocios muy tocados por las medidas de confinamiento y de la reducción del aforo impuestas por la Generalitat en los últimos meses.

En principio la obligación de cerrar bares se alargará durante dos semanas, pero algunas personas asistentes al acto de protesta comentaban que no creen en las promesas del Gobierno y piensan que los bares y restaurantes estarán cerrados durante mucho más tiempo. Añadían que así será imposible reflotar un sector en horas bajas, en el que, muchos de sus trabajadores están con ERTES y reducciones de jornada laboral.

Mientras que en un primer momento la manifestación estaba encarada frente a la Generalitat, sobre las 12.30 se ha dirigido hacia el extremo contrario de la plaza, hacia el consistorio barcelonés. Allí ha comenzado un lanzamiento de limones, huevos, objetos de vidrio y latas de cerveza. El ayuntamiento ha decidido cerrar puertas mientras los manifestantes gritaban "abajo el cierre ya".

Aunque la rabia de los asistentes era palpable, en el ambiente la concentración no ha vivido incidentes hasta que el lanzamiento de objetos se ha efectuado contra el edificio de la Generalitat. Entonces un grupo de antidisturbios ha cerrado filas en la puerta del Palau y un grupo de restauradoras ha iniciado una mediación con la policía.

Finalmente, desde la Generalitat se ha decidido que cuatro representantes de los manifestantes accedieran a la Generalitat para reunirse con un representante del Gobierno, el nombre del cual no ha trascendido a la prensa, para expresar sus quejas y demandas. Los elegidos han sido una restauradora en representación de los bares y restaurantes de Sants, la presidenta de comerciantes de Rambla Raval, una restauradora con dos bares, uno en Sant Boi y el otro en Barcelona, y el propietario del Caliu de Gràcia.

La manifestación se ha saldado con dos detenidos que, a ojos de la policía, causaba disturbios mientras se producía la mediación.