Los técnicos de Hacienda (Gestha) han advertido este miércoles que los trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) tendrán la obligación de presentar la declaración del IRPF de 2020 aunque en total hayan cobrado menos de 22.000 euros.
Así, el umbral a partir del cual es obligatorio presentar la declaración para empleados con un solo pagador (22.000 euros) sólo se mantiene para los afectados por ERTE -que, por tanto, tienen al menos dos pagadores- si los ingresos obtenidos de todos los pagadores que no sean el principal no superan los 1.500 euros. La asociación añade que es posible que en muchos casos no se hayan realizado retenciones sobre las cantidades cobradas de los ERTE, por lo que «es probable» que la declaración de la renta les resulte a ingresar. Así, recomienda a los contribuyentes que se encuentren en estas circunstancias que pidan a sus empresas un aumento de las retenciones en diciembre para evitar «sorpresas» el año que viene cuando realicen la declaración. Gestha también advierte a las mujeres con hijos menores de tres años con derecho a la aplicación del mínimo por descendiente que, si se han visto afectadas por un ERTE o han cesado su actividad como autónomas, han dejado de cumplir los requisitos para acceder a esta deducción. Los técnicos recuerdan que es necesario imputar las rentas inmobiliarias de las segundas residencias aunque no se haya podido disfrutar de ellas, que será necesario ajustar la tributación de los arrendamientos si se ha llegado a acuerdos excepcionales de pago y que es obligatorio declarar cualquier ayuda recibida. Por lo que respecta a los donativos al Tesoro Público para financiar los gastos de la pandemia, Gestha recuerda que gozan de una deducción del 80% en el IRPF en los primeros 150 euros y del 35% a partir de esta cifra.