Las nuevas variantes del coronavirus cuestionan la eficacia de las mascarillas más utilizadas en ambientes públicos cerrados, como el transporte público, y el Departament de Salut estudiará la conveniencia de incentivar o hacer obligatorio el uso de mascarillas FFP2 en determinadas circunstancias.
Varios países europeos, como Francia o el estado alemán de Baviera, han establecido nuevas regulaciones con respecto a las mascarillas. Los de tela, incluso los quirúrgicos del tipo 1 y 2, no son vistos como garantía de seguridad en determinados países y ambientes.
Las autoridades francesas desaconsejan desde el martes el uso de mascarillas artesanales, pero también de las que no garantizan un filtrado superior al 90%, al entender que no garantizan la protección ante el mayor potencial contagiador de variantes como la británica.
Las mascarillas quirúrgicas protegen principalmente de bacterias, más grandes que los virus, y su capacidad de filtración se sitúa entre el 60% y el 70%.