Al dejar un piso de alquiler y entregar las llaves al propietario, este debe devolver la fianza recibida en el momento de firmar el contrato. Sin embargo, hay casos en los que se puede retener parte o la totalidad de esta fianza, como por ejemplo si se han dejado rentas o suministros sin pagar (luz, agua, gas...) o la vivienda se encuentra en mal estado.
Pero aparte de estos motivos incuestionables, hay otros supuestos en los que se puede quedar la fianza. En concreto, existen situaciones justificadas tales como:
Cuando el arrendatario decide irse de la vivienda antes de finalizar el contrato y sin dar el preaviso legalmente establecido.
Cuando desarrolla actividades industriales o no autorizadas en la vivienda.
Cuando su comportamiento causa molestias al resto de vecinos de la comunidad.
Si existen desperfectos causados por negligencia o mal uso del piso, razón por la que el propietario podría quedarse el dinero para arreglar los daños. La ley dice que el arrendatario debe devolver la casa "tal como se le entregó", pero a veces es difícil de demostrar. Es recomendable por tanto, incluir fotografías del piso junto con el contrato de alquiler en caso de desperfectos en los elementos fijos (azulejos, paredes, ventanas) o en el contenido (electrodomésticos o muebles). Así se podrá distinguir entre uso indebido y desgaste.