Los vecinos de Gràcia inician la guerra contra la especulación
04 de diciembre de 2020 a las 10:53h

400 viviendas en el barrio de Vallpar, al norte de la Ronda de Dalt y de la plaza Alfons Comín, que conllevarán la destrucción de 25.000 metros cuadrados de suelo, mayoritariamente de bosque, en Collserola. 34 pisos sociales que eliminarán el pequeño parque público situado entre el Paseo del Valle de Hebrón y la Carretera de la Arrabassada. Y un nuevo Instituto de Educación Secundaria que sustituirá uno de los pocos espacios verdes de que dispone el barrio de Vallcarca, los jardines del doctor Comas y Llaberia, junto a la escuela Padre Poveda, de la calle Barón de la Barre, y de la Avenida Vallcarca. Todos ellos son proyectos aprobados, algunos ya en licitación, por parte de la administración que dirige el concejal, presidente del Instituto Municipal de Parques y Jardines, y también del departamento de Emergencia Climática y Transición Ecológica del Ayuntamiento, Eloi Badia. La concentración de esta noche de jueves en la plaza Rius i Taulet, frente a la sede del Distrito de Gràcia, que ha hecho sentir durante una hora silbidos y cacerolas, es la primera gran muestra de rechazo público organizada por la Federación Barrios de Gràcia, fundada en febrero de este mismo año fruto de la unión de 6 entidades vecinales. El presidente de la Asociación de Vecinos Vallcarca-Penitentes, Alexandre Sales, asegura que "No nos han dejado otra opción. Nunca nos han querido escuchar y siempre han echado balones fuera, así que presionaremos todo lo que haga falta". Lo han hecho hoy, por ejemplo, participando telemáticamente en el Consejo de Barrio de Vallcarca y Penitentes que ha tenido lugar simultáneamente a la protesta. Una serie de sesiones tituladas paradójicamente "mejora urbanística y ambiental de Gràcia" donde se debate la Modificación del Plan General Metropolitano del distrito y al que nadie puede denegar el derecho a la asistencia. "Quieren ridiculizarnos, y hacer creer a la ciudadanía que nos quejamos por dos pistas de petanca. No es así. Estamos indignados porque quieren destruir los pocos espacios verdes que nos quedan y porque siempre han ignorado las soluciones que les proponíamos". El pasado 10 de marzo se aprobó en sesión plenaria del Consejo de Distrito una declaración de apoyo al manifiesto de la Coordinadora de Asociaciones de Madres y Padres de Gràcia, que reclamaba la necesidad de la construcción del nuevo Instituto Vallcarca. Un manifiesto que ha sido la base del argumentario para justificar la puesta en marcha del proyecto, y que omite o falsea datos clave. En primer lugar no considera el cierre de dos centros de Educación Secundaria en el distrito por falta de alumnos (el IES Gal·la Placídia en 2010 y el IES Bosch i Gimpera, en el mismo barrio de Vallcarca, en 2014). En segundo lugar asegura que la distancia entre las escuelas de primaria y sus centros adscritos de secundaria es superior a los 2 kilómetros y medio. Unas distancias desmentidas en el informe realizado por la Federación Barrios de Gràcia el día 7 de septiembre y avalado 14 días más tarde por el arquitecto Alberto Malavía. Laura Sufrategui, portavoz de la Asociación de Vecinos Vallcarca-Baró de la Barre deja claro que "nadie se opone a reforzar los centros educativos, ni tampoco en otros casos a multiplicar la oferta de vivienda social. Lo que no podemos tolerar es la destrucción innecesaria de un espacio vecinal que cuenta con árboles centenarios cuando existen alternativas". Ella misma se reunió el pasado 4 de marzo con la señora Encarna Medina, directora del IES Vall d'Hebron, situado en el edificio del Patronato Ribas, un patrimonio histórico de la ciudad, obra del arquitecto Enric Sagnier. "Básicamente nos manifestó la falta de inversión en un espacio que tiene mucha más capacidad de la que acoge. Un instituto que queda a sólo 400 metros de la escuela Josep Maria de Sagarra y a 700 del centro de primaria Pare Poveda. Sería una excelente opción que simplemente no se ha querido ni siquiera considerar". El Ayuntamiento, con el que hemos intentado ponernos en contacto, mantiene que contempló, en este último caso, hasta 5 ubicaciones diferentes antes de decidirse por los jardines de Comas y Llaberia. Unos lugares que no ha facilitado, a pesar de la pregunta concreta dirigida el pasado 2 de julio al consistorio por la señora Neus Munté, del grupo municipal de Junts per Catalunya. El distrito insiste en que no reduce espacios verdes, que simplemente sustituye, porque habilitará un nuevo parque justo enfrente, en el solar de la calle de Anna Piferrer. Lo que no explica es que esta zona tiene pendientes superiores al 20%, que es por tanto de difícil o nulo acceso para las personas mayores, y que ya estaba de hecho destinada a ser una zona verde. No hay vuelta de hoja, de dos que había, quedará sólo una. La presión a los grupos municipales y la movilización constante tratarán, de ahora en adelante, de captar la atención que hasta ahora no ha prestado el consistorio. La histórica Rambla Verda entre la Plaza de Lesseps y el Viaducto de Vallcarca, un proyecto aprobado por la Generalitat en 2002 para revitalizar el espacio y el comercio de esta zona, es otra de las muchas deudas que siguen ignoradas.
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