La crisis sanitaria ha hecho que los consumidores catalanes aumenten un 20% su preferencia por los productos locales, las tiendas de proximidad y los alimentos duraderos. Son algunas de las conclusiones extraídas del estudio que esta mañana ha presentado la consejera de Agricultura, Teresa Jordà, sobre los cambios en los hábitos de compra, consumo, dieta y desperdicio de alimentos a causa de la COVID19.
El estudio, que ha consistido en una encuesta realizada en una muestra de población de más de 501 personas en Cataluña y 702 en el resto de España durante la segunda quincena del pasado mes de mayo, ha sido encargado por el Departamento de Agricultura al Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario-UPC-IRTA (CREDA).
Sobre estos cambios de hábitos, Teresa Jordà se ha mostrado satisfecha porque implican "más consumo de producto de proximidad, más consumo de productos frescos y más sensibilidad sobre todo lo que tiramos". "Son retos que tenemos como sociedad y que encajan con las políticas que el Departamento viene desarrollando. En medio de toda la crisis social y económica que ha supuesto la COVID19, nos encontramos ante una oportunidad para avanzar en aspectos sobre los que hace años que trabajamos y que nos permitirán fortalecer nuestro sector agroalimentario", ha afirmado Jordà.
En este sentido, la consejera ha destacado que "desde el Departamento se está trabajando, sobre todo, con la proximidad, con las cadenas cortas de comercialización". Y ha recordado que entre los 10 proyectos que ha aprobado el Departamento para avanzar en un cambio de modelo del sector incluidos dentro del plan de reactivación económica y protección social en el ámbito de la CORECO, existe esta apuesta por los circuitos cortos con diversas acciones valoradas con 35 millones de euros.
Otra de las conclusiones destacadas del estudio, hace referencia al incremento de la sensibilidad del consumidor en relación con el precio de los alimentos y a la reducción de la importancia de la entrega de comida a domicilio.
Los efectos de la COVID19 también han supuesto que la compra de los catalanes en los hipermercados y supermercados disminuyera un 5% y aumentara un 4,8% la compra en las tiendas de alimentación de barrio.
Además, los datos también muestran que un 20% de los consumidores catalanes han reducido su frecuencia de compra de alimentos y el 77% (el 57% antes) hacen la compra una vez a la semana o menos.
El estudio también señala que un 23% de los consumidores ha aumentado el gasto en la compra de alimentos y un 16% ha incrementado el almacenamiento de alimentos.
Otro dato que se deriva de este trabajo es que el 5% de la gente ha dejado de ser responsable de la compra de alimentos en sus hogares y lo hace en su lugar algún otro familiar.
En cuanto a la dieta, tanto en Cataluña como en el resto de España el consumo de los diferentes alimentos se ha mantenido relativamente estable durante la COVID19, con algunos incrementos ligeros en algunos alimentos como la fruta y las verduras, cuyo consumo ha crecido un 19%.
Finalmente, el estudio también incide en el desperdicio de alimentos. En este ámbito, los datos indican que tanto en Cataluña como en el resto de España la COVID19 ha reducido el desperdicio de alimentos en general un 18% y el desperdicio de frutas y verduras ha caído un 17%.
En cuanto al desperdicio de alimentos, el Parlamento aprobó este año una ley pionera en Europa: la Ley de prevención del desperdicio alimentario, que da herramientas para prevenir las pérdidas y el desperdicio a lo largo de la cadena alimentaria, desde la producción primaria al consumidor final.