El hombre de 92 años fue ingresado hace dos meses en el Hospital de Oliveira de Azeméis en Portugal por problemas respiratorios. Durante su hospitalización el abuelo se contagió de coronavirus y semanas más tarde su situación empeoró. El pasado 10 de enero los médicos comunicaron la muerte del hombre por Covid a su familia.
Dos días después del fallecimiento del abuelo, la familia celebró el velatorio, pero no se les permitió ver el cuerpo del hombre debido a los protocolos del coronavirus. Posteriormente, se detectaron irregularidades en el registro de muertes en el hospital. La investigación desembocó en una conclusión sorprendente: los sanitarios se equivocaron identificando al difunto.
El abuelo que se había dado por muerto y que ya se había enterrado, estaba vivo. De este modo, a quien se había enterrado era a otra persona que había fallecido por Covid-19. «Sé que en estos momentos los médicos tienen mucho trabajo, pero espero que este acontecimiento sirva para que haya más cuidado en el futuro», indicaba uno de los familiares a 'Jornal de Notícias'.
