La Basílica de la Sagrada Familia ha acogido este domingo una misa solemne en memoria de las personas que han sufrido "las garras" de los atentados terroristas de las Ramblas de Barcelona y de Cambrils, en la que se ha rogado "por las víctimas mortales y para la rápida recuperación de los heridos". El cardenal arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, ha agradecido durante su sermón "la generosidad y entrega de las fuerzas de seguridad, los profesionales sanitarios y de la ciudadanía en su conjunto". Omella se ha felicitado por la gran "reserva de humanidad que hay en esta tierra" y ha asegurado que "da gusto sentirse ciudadano de esta sociedad".
Omella ha tildado de "pecado gravísimo" atentar contra la vida de personas inocentes y de niños, en alusión a las catorce víctimas mortales de los ataques terroristas del jueves. "Pedimos a Dios que cambie nuestros corazones de piedra por un corazón lleno de sentimientos, humanidad y paz. Estamos todos unidos por un objetivo común, que es la paz", asegura El arzobispo de Barcelona también ha trasladado el mensaje de condolencia y repulsa de la violencia que le ha hecho llegar el Papa Francisco a través de un escrito y de una llamada personal en la que le expresa su pésame "por las víctimas que han perdido la vida en una acción tan inhumana" y que ha "sembrado el dolor" en la Rambla de Barcelona. El obispo auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull, que ha presidido la misa junto con Joan Josep Omella, también ha tenido palabras de agradecimiento hacia el espíritu solidario que en los últimos días ha impregnado la capital catalana: "Han sido días de lágrimas, pero sobre todo de mucha humanidad". "Hemos comprobado el esfuerzo y la solidaridad de todos los ciudadanos, desde su voluntad de cooperar, su cargo institucional o su profesión, arriesgando incluso su vida", ha aplaudido Taltavull. "Queremos la concordia de nuestro pueblo y la paz, lejos de toda violencia y terror. "No tengáis miedo, como ha resonado en la calle estos días", ha añadido. Durante la misa se ha hecho también especial mención a las víctimas de confesión musulmana, a quien la Iglesia, explica, ha visitado en los hospitales durante estos últimos días para ofrecerles su apoyo y solidaridad. Omella y Taltavull han hecho un llamamiento a la unidad: "La unión nos hace fuertes. La división nos destruye", ha afirmado Omella. Los reyes Felipe y Leticia han presidido la misa, que ha contado con la asistencia de las máximas autoridades del país, como el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, o el vicepresidente, Oriol Junqueras. Por parte del gobierno central ha asistido el presidente Mariano Rajoy; la vicepresidenta, Soraya Sáez de Santamaria, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Hasta la Sagrada Familia se han desplazado también el presidente portugués y su primer ministro, Marcelo Rebelo de Sousa y Antonio Costa, de donde son algunas de las víctimas de los atentados. También han asistido, varios consejeros de Gobierno, las alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza; Barcelona, Ada Colau, y Madrid, Manuela Carmena, entre otros. La misa ha estado abierta a la ciudadanía, que desde primera hora de la mañana hacía cola en los accesos de las dos fachadas del templo para pasar los controles de seguridad de acceso a la basílica. El público ha cerrado el acto con un aplauso espontáneo al final del Virolai, con el que se ha cerrado la misa.