Familiares de personas mayores en residencias han presentado una denuncia conjunta a la Fiscalía contra 11 centros de Barcelona y el área metropolitana. La denuncia ha sido presentada por parte de la Coordinadora Residencias 5+1 -integrada por familiares- en el marco de la campaña 'ni una muerte evitable más de personas mayores'. En rueda de prensa telemática, la portavoz de la coordinadora, Maria José Carcelén, ha asegurado que durante la pandemia de la covid-19 "se han vulnerado el derecho a la salud y el derecho a la atención sanitaria" en estos centros y aportarán información concreta. Con todo, esperan ampliar la denuncia con más casos a medida que recopilen datos. La denuncia, anunciada este viernes, se remitió a Fiscalía el domingo pasado.
Las primeras once residencias que constan en la denuncia son Bertrán i Oriola; Mossèn Vidal i Aunós; Bon Pastor; Collblanc Companys Socials; Font Florida; Fort Pienc; la Sagrera; Amavir Diagonal; Gràcia; Ramon Berenguer y Venero. Falta EPI, espacios y personal Carcelén recuerda que desde el inicio de la pandemia pidieron dotar a personal y residentes de equipos de protección individual y tests. "Esto no se hizo, por lo tanto en las residencias empezó a haber mucha gente con síntomas", relata. Además, también lamentan que se intentara aislar a residentes dentro de los mismos centros cuando no había espacios suficientes ni equipamiento médico necesario. Una situación "desastrosa" y "caótica" en la que según ha dicho no se han hecho bien los aislamientos y que se ha visto agravada por la falta de personal. "En la inmensa mayoría ya se incumplían las ratios de personal", afirma, criticando unos parámetros fijados en 2010 que ahora consideran que han quedado obsoletos porque la mayoría de los residentes presentan altos grados de dependencia. Ancianos en situación de dejadez e incomunicados Carcelén también ha relatado cómo en "muchos casos" que han conocido los ancianos han llegado a los hospitales "deshidratados y desnutridos", en situación de "dejadez". Además, muchos familiares se han quejado de las dificultades para hablar con los residentes, que se sentían "abandonados", así como también que desde las residencias se haya "falseado" la información que les llegaba. "La explicación que se recibía no era la real del centro", ha concluido.
