Cientos de taxistas se han reunido este jueves a primera hora en la Avenida Maria Cristina de Barcelona para iniciar una marcha lenta por el centro de la ciudad hasta la Plaza Sant Jaume contra "las constantes irregularidades" de Cabify, como por ejemplo incumplir la precontratación de 15 minutos, la circulación de los vehículos sin tener ningún servicio contratado o no tener visible el adhesivo que indica el día de descanso, entre otros. Además, los conductores también reclaman la implantación urgente de la aplicación pública y que, denuncian, acumula mucho retraso. Además, consideran que ofrecería plenas garantías de gestión de los datos personales y tarifas reguladas.
La marcha lenta -que ha sido convocada por todos los sindicatos y asociaciones del sector- ha comenzado en la Plaza España y recorrerá la Gran Vía, la calle Balmes, la calle Pelai, la Plaza Catalunya y la calle Fontanella y hasta Via Laietana, donde los conductores estacionarán sus vehículos y continuarán a pie hasta la Plaza Sant Jaume. Aunque la marcha fue convocada hace días contra las prácticas de Cabify, el sector del taxi también tiene a Uber en el punto de mira desde que esta primavera volvió a la ciudad, esta vez como aplicación de taxis y no como VTC. La multinacional californiana opera desde hace pocas semanas con la tarifa 3, que es la tarifa cerrada antes de efectuar el servicio y con la que debe operar de acuerdo con el IMET. Sin embargo, Uber ha captado pocos conductores por las amenazas de los taxistas a los compañeros que se quieren adherir, según la plataforma. Esta situación ha llevado esta semana al director general de Uber en España, Juan Galiardo, a presentar una denuncia ante la Autoridad Catalana de la Competencia contra Élite Taxi y Taxi Project por promover una "campaña de amenazas, boicot e intimidación" contra los conductores que se han querido adherir a la compañía. Por su parte, el coordinador de Taxi Project y portavoz de Élite Taxi, Tito Álvarez, replicó con el anuncio de una querella por calumnias en los juzgados.
