Hoy sábado hay que hacer el cambio al Horario de Verano, que coincide siempre con el último fin de semana del mes de marzo. Esta noche, cuando sean las 2 de la madrugada del domingo, habrá que adelantar una hora los relojes, hasta las 3 de la madrugada, para entrar en el Horario de Verano. De este modo, tal y como marca la tradición, esta noche dormiremos una hora menos, porque la habremos perdido con el cambio horario.
La modificación horaria se aplica a todos los países de la Unión Europea con el objetivo de ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural. A partir del domingo saldrá el sol y anochecerá más tarde, una situación que se alargará hasta que llegue el otoño. Es un efecto que suele beneficiar a los negocios de ocio como la restauración, aunque este año tendrán que esperar hasta el levantamiento de las medidas contra la propagación del virus para percibir las consecuencias positivas del cambio horario.
El cambio al horario de verano suele provocar efectos muy molestos, en forma de insomnio, somnolencia e irritabilidad, sobre todo en los niños y las personas mayores. Estos efectos este año podrían ser aún más acusados por el confinamiento. Aunque ninguno de los estudios sobre las consecuencias del cambio de horario ha sido concluyente, lo que sí es un hecho es que causan alteración del sueño, porque el horario de trabajo sigue siendo el mismo aunque se haya dormido una hora menos.
El Cambio de Hora: una práctica iniciada en los años 70
La práctica del 'Cambio de Hora' se remonta a la década de los años 70, con la primera crisis del petróleo, cuando muchos países decidieron adelantar el reloj para poder aprovechar mejor la luz solar y consumir menos electricidad. En España se introdujo en 1974, y en 1980 la Comunidad Económica Europea –de la que aún no formaba parte- publicó la primera directiva para poner orden sobre este tema en los diferentes países.
En los últimos años se había estado hablando de manera recurrente sobre la posibilidad de que se acabe con la práctica del 'Cambio de Hora' en primavera y otoño. De momento, difícilmente se espera que el cambio que haremos este fin de semana sea el último. La Comisión Europea se había fijado el objetivo de poner fin a los cambios de hora en 2019, pero el plan resultó ser demasiado ambicioso y el Parlamento Europeo lo pospuso para este año 2021, un extremo que ahora parece ser que se volverá a incumplir.