Año nuevo de incertidumbre para los artistas

11 de enero de 2021 a las 09:46h

El mundo de la cultura se ha instalado este año 2020 en un permanente estado de incertidumbre. Esta es la primera palabra que sale de la boca de cantantes, actores y artistas que están sufriendo los efectos colaterales de la pandemia de la Covid-19. El confinamiento, el cierre de espacios culturales, la reducción de aforos y las limitaciones de movilidad están teniendo un fuerte impacto en su actividad habitual. Desde el mes de marzo han visto cómo se cancelaban actuaciones, giras y bolos, y reprogramarlos se ha convertido en una tarea casi heroica, siempre pendientes hasta el último minuto de si se podrán llevar a cabo.

El pasado verano se pudieron llevar a cabo algunas iniciativas como el festival Cruïlla XXS o las fiestas de la Mercè, donde se priorizó la contratación de artistas locales. Pero el otoño ha sido complicado, marcado de nuevo por las restricciones. Por eso, para muchos artistas, las fiestas de Navidad se presentan como una pequeña oportunidad de recuperarse en un año que está siendo dramático para el mundo de la cultura. Con las salas de teatro y de conciertos de nuevo abiertas, se han podido programar conciertos y temporadas de Navidad, un auténtico oasis en un año desértico. "Diciembre está siendo una locura, porque todo el mundo intenta hacer todo lo que puede este mes", explica Helena Bagué, una de las componentes del grupo infantil El Pot Petit. Ellos son unos de los "afortunados" que viven la Navidad como la oportunidad de rehacerse de un año en el que han visto cómo se les cancelaban más de un centenar de actuaciones de una gira que antes del inicio de la pandemia ya tenían cerrada.

"La situación nos ha afectado mucho. Reprogramamos conciertos de marzo a mayo, que también se anularon, y también nos hemos pasado todo el mes de noviembre parados. Algunos conciertos los hemos reprogramado 3 y 4 veces", explica. Todos estos cambios y cancelaciones les han supuesto unas pérdidas del 75% de los ingresos respecto a los que hicieron en 2019. Y si bien han intentado probar nuevas fórmulas como los conciertos en línea, la realidad es que la situación se ha hecho especialmente grave para los músicos y técnicos que les acompañan, algunos de los cuales han tenido que buscar otros trabajos para poder subsistir.

"Nosotros aprovechamos el confinamiento para escribir nuestro segundo libro 'Piratas rodamons', que ha sido un éxito de ventas", explica Helena de El Pot Petit, "y ahora tenemos la esperanza de poder hacer la temporada en el Poliorama, del 26 de diciembre al 10 de enero", añade, recordando que, a pesar de todo, el aforo sólo será del 50%.

"Con la mitad de aforo, ¿quién puede sobrevivir?", se pregunta la actriz Rosa Andreu, secretaria de la Asociación de Actores y Directores Profesionales de Cataluña. Desde el sector de las artes escénicas ven con preocupación la reducción de aforos y las restricciones de movilidad, que están haciendo echar atrás a mucha gente que iría al teatro y no lo hace por estos impedimentos. "En Barcelona aún podemos, con suerte, hacer un mes y medio de temporada, pero todas las giras y bolos por Cataluña han caído", explica. Y a todo esto hay que añadir el miedo de muchas personas y también la confusión ante los mensajes que, por un lado, recomiendan no salir de casa y, por otro, animan a apoyar a la cultura. En octubre, el sector de las artes escénicas registró una caída del 60% en las ventas de entradas anticipadas.

Los artistas critican la confusión ante los mensajes que, por un lado, recomiendan no salir de casa y, por otro, animan a apoyar a la cultura

Por su parte, la cantante Magalí Sare asegura sentirse "una afortunada" porque ha podido seguir haciendo conciertos cuando las medidas lo han permitido. "Mi perfil no es el de mover masas sino de conciertos de pequeño formato, y gracias a eso he podido salvar el verano", explica Sare, que ha sido la voz del tema musical del anuncio de Estrella Damm.

Sare también tiene programadas algunas actuaciones durante la Navidad, en solitario y con su Quartet Mèlt. Pero la reducción de aforos en salas que habitualmente ya tienen poco público, hace que muchos bolos acaben siendo inviables. En este sentido, lamenta que algunas decisiones del Gobierno "sean erráticas y precipitadas" y que no haya suficientes ayudas para el mundo de la cultura. Y a consecuencia de ello, también está observando cómo muchos músicos y técnicos están empezando a trabajar en otros sectores. Reprogramación y nuevos contextos

Otro caso es el de los leridanos Uënsdei, un grupo de pop folk que también han visto cómo la mitad de los conciertos que habían programado para presentar su último álbum "Mudança" han sido cancelados o aplazados. Durante todos estos meses, la principal batalla del grupo ha sido la de conseguir que las actuaciones canceladas se pudieran reprogramar. "Hemos tratado de mantener el contacto con los programadores e ir abriendo nuevas oportunidades", explica Mònica Guiteres, cantante del grupo.

Como tantos y tantos otros artistas, también han tratado de buscar nuevas iniciativas para mantener viva su presencia y el contacto con sus seguidores. Así, este año Uënsdei ha participado en una producción de 200 botellas de la cerveza artesana "Mudança", que lleva la portada del disco en la etiqueta. Así también han podido colaborar con productores locales y darse apoyo mutuo. Además, el grupo, integrado por cinco personas, se ha adaptado a un formato de sólo tres para poder ofrecer su espectáculo en salas de pequeño formato o nuevos espacios donde poder actuar.

Una de las acciones que les han ayudado durante estas fiestas es la que ha llevado a cabo La Paeria de Lleida, que para promocionar a los artistas de Ponent les ha invitado a participar en un Villancico cantado. "Es importante que pasen cosas y que nuestros seguidores sepan que, si no se pueden hacer conciertos, pueden conectar con nosotros de otras formas", explica.

Iniciativas públicas para ayudar a los artistas locales

En el ámbito público, se han llevado a cabo otras iniciativas como la recuperación del Barcelona Districte Cultural, que promueve el Ayuntamiento de Barcelona y que ha servido para programar artistas locales en centros cívicos y otros espacios.

A principios de diciembre, la Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña (Asacc) y la Consejería de Cultura de la Generalitat impulsaron el proyecto 'SALA CAT' para reactivar el circuito de conciertos en directo en sala. El objetivo de la campaña es "apoyar y generar actividad entre los agentes de la cadena de la música en directo. En el marco de esta campaña, se han programado más de 80 actuaciones de artistas como Albert Pla, Dani Nel·lo, Ebri Knight, Gemma Humet, Mazoni, Mishima, Myriam Swanson o Roger Mas en una cuarentena de salas de 15 municipios de Cataluña, como La Mirona, Salamandra, Sidecar, Stroika, El Clap o El Cafè del Teatre. El departamento destina 250.000 euros, a través de una subvención excluida de concurrencia, y para recibir la ayuda las salas deberán realizar como mínimo dos conciertos y como máximo seis, con un aforo inferior al 50%.

También el Instituto de Cultura de Barcelona ha creado un espacio con toda la información sobre las medidas y el apoyo específico al tejido cultural ante la crisis generada por la covid-19, que se puede consultar en este enlace.

Por otra parte, el pasado mes de mayo, la directora gerente de Dagoll Dagom, Anna Rosa Cisquella, animó al sector empresarial a regalar entradas de teatro o equipamientos culturales a sus trabajadores por Navidad cuando se prevé que conciertos y teatros vuelvan a abrir definitivamente el telón.

Un inicio de 2021 que se presenta desierto

Pero lo peor aún está por venir. "El año que viene da mucho miedo, porque se presenta desierto. De enero a marzo está todo parado, y las únicas cosas que tenemos previstas son reprogramaciones de conciertos que teníamos que hacer este año", explica Helena con evidente preocupación. "Tenemos que aprovechar la temporada alta de Navidad porque después se prevé que vendrá un valle y no sabemos qué pasará", añade Magalí Sare.

Sare: "El año que viene da mucho miedo, porque se presenta desierto"

"Del futuro, nadie sabe nada", dice Rosa Andreu, que aunque las últimas semanas ha podido hacer varias funciones del espectáculo 'Vida de peix', de cara a 2021 no tiene el primer bolo hasta el 28 de febrero. Y hasta entonces, nada. En este sentido, también lamenta que, aparte de algunas campañas de apoyo a la cultura local, las administraciones no promuevan ayudas para el sector cultural.

Mònica Guiteres explica que su grupo tiene la esperanza de estar programado en los conciertos que se hacen durante la primavera y el verano, "pero ahora, de momento, no tenemos nada". Para la cantante de Uënsdei, es muy importante que se promuevan "los conciertos de pequeño formato, porque somos muchos grupos los que nos dedicamos a ello, y estos se pueden seguir haciendo, y también al aire libre". Y sobre todo, reclama de las autoridades "más valentía a la hora de tomar medidas y que se valore la cultura como un espacio seguro".

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